
De acuerdo con Belén Méndez Bauer, integrante del equipo interdisciplinario de investigación, el sitio —con una plataforma de 1.4 kilómetros por 400 metros, nueve calzadas y un complejo ceremonial en la parte central— pudo ser un gran corredor de intercambio para mayas y olmecas.
“La zona en que se encuentra Aguada Fénix es justo el centro entre el área maya y el área olmeca, se convirtió prácticamente en un corredor en el que están circulando materiales que pertenecen tanto al área maya como al área olmeca. Un material arqueológico que nos da datos sobre el comercio es la obsidiana, ya que hemos encontrado ejemplares, en su mayoría, provenientes de Guatemala”, comentó en entrevista.
La especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) detalló que esa posible relación entre olmecas y mayas se estudia a partir de la arquitectura del sitio, en específico de la gran plataforma alargada que data del 800 al 1200 a.C.
“La plataforma está construida con puro barro. Se pensaba que las construcciones más antiguas de ese material eran las de Ceibal, Guatemala, pero ahora nos damos cuenta que no. En Ceibal fueron fechadas para el año 950 a.C. con un centro ceremonial bastante similar al que se encuentra en Aguada Fénix”, indicó Méndez Bauer.
Aunque Aguada Fénix también es semejante a San Lorenzo (Veracruz) en el patrón arquitectónico.
“Su fundación es justo antes del surgimiento de La Venta (Tabasco) que es el otro sitio olmeca grande e importante. Es decir, después de que cae San Lorenzo, es el sitio más antiguo en la zona olmeca. No había datos hasta ahora de qué había pasado con esta zona. Ahora encontramos que en medio de la ocupación de San Lorenzo y La Venta se encuentra la creación de Aguada Fénix”, precisó.
“Hay nueve calzadas y una de ella tiene una extensión mayor a los 5 km, es decir, en este lugar se concentraban muchas personas. Seguimos haciendo estudios para determinar su función. Las primeras hipótesis que tenemos es que a la hora de construir la plataforma, como es tan grande, tuvieron que recurrir a muchas personas y no hablamos de 100 ni 200, sino de miles”, destacó.
Una evidencia de la fuerza humana en la construcción es el hallazgo de un entierro humano en el Grupo E del sitio.
“Pensamos que es parte de las ofrendas a esta construcción, al estar en medio de mucho lodo, la conservación es muy mala y no pudimos determinar ni la edad ni estamos seguros de su sexo. Sí sabemos que es un personaje que tuvo mucho desgaste en sus cervicales a partir de cargar con mecapal por la posición en que se encuentra el desgaste”, explicó la investigadora de la UNAM.
La hipótesis, plantea Méndez Bauer, es que para la construcción de la plataforma los habitantes obtuvieron materiales de diversos lugares que cargaron en canastos.
También al centro del Grupo E, los expertos hallaron hachas de piedra verde posiblemente usadas en un ritual propio del área olmeca y maya, el cual se registra también para Ceibal, Holmul y La Venta.
— ¿En qué consistía el ritual?
— En algunos casos se considera que las hachas representan a los granos de maíz. Otros las asocian a ritos fundacionales de pueblos.
Además de miles de tepalcates, los arqueólogos hallaron una escultura en forma de un animal en proceso de identificación, huesos de animales que pudieron ser parte de la dieta de los pobladores, conchas de río y huesos de pescados.
“Eso es interesante porque sabemos que están utilizando los recursos cercanos.
Además se han encontrado conchas que sólo se encuentran en las aguadas, vemos que es una obtención de recursos”, indica.
Aguada Fénix, al encontrarse en terrenos de ejidatarios y en medio del Programa Sembrando Vida, asegura la experta, será difícil que sea un sitio abierto al público.
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