Escenario

Alfonso André retoma el vuelo como Ícaro

Baterista de Caifanes, Jaguares y La Barranca promociona su segundo disco como solista Mar rojo ◗ En entrevista habló de los nuevos tiempos de la música, “ahora puedes hacer una canción sin necesidad de tocar ningún instrumento”

Un hombre con barba y pelo largo en el desierto
Un hombre con barba y pelo largo en el desierto Un hombre con barba y pelo largo en el desierto (La Crónica de Hoy)

Alfonso André siempre tendrá como su tercer apellido el de ser baterista de Caifanes. Es con esta banda que ya cuenta con una huella importante en la historia del rock mexicano (más aún, de habla hispana), con una trayectoria que incluye su tiempo en Jaguares y La Barranca. Sin embargo, en medio de la celebración de 30 años de historia de Caifanes, la agrupación se ha tomado una pausa que le ha permitido promocionar su segundo material discográfico como solista Mar rojo, del cual se desprende su segundo sencillo “Puedes dejarme atrás”, en el que dejó la bataca para ponerse al micrófono.

“Ha sido muy difícil tomar el micrófono aunque no he dejado la batería, nunca la voy a dejar. Me ha servido mucho el probar esto como otra faceta dentro de la música, me enriquece como persona. Pero me ha sido difícil porque tengo más la personalidad de baterista, me siento más cómodo detrás de los tambores y platillos que al frente del escenario”, comentó el músico, en entrevista con Crónica.

Alfonso asume que su pasión por la batería llegó desde su niñez “solía desparramar todos mis juguetes por el suelo para después aporrearlos con un par de ganchos de ropa, mientras oía un casete con mis rolas preferidas”, dijo, más tarde siguió los pasos de su hermana quien comenzó a tomar clases del instrumento, así tocó su primer batería que fue una Majestic, “una de las peores batacas construidas por el ser humano”, recordó.

A los 18 años se dio de regalo su propia batería bajo la influencia de sus amigos de la preparatoria; tocó en una primera banda llamada Los Ejes Viales para la campaña de un partido político de izquierda, de forma improvisada, “como al año de este penoso incidente el hermano de Alejandro Marcovich, que pululaba por la misma escuela que yo, me pidió que tocara con su hermano y con otro tipo en una fiesta (…), resultó que el otro tipo era Saúl Hernández y el grupo que nació de ese palomazo fue Las Insólitas Imágenes de Aurora”, el resto es historia, poco tiempo después nació Caifanes.

Eran los años 80 cuando nació la banda y desde entonces conoció al bajista Federico Fong, quien ahora es su cómplice en su aventura en solitario, junto a otro de sus íntimos amigos, Chema Arreola. Para este segundo disco encontraron en la figura mitológica de Ícaro la esencia de una propuesta más oscura que el disco anterior:

“Habíamos hecho una canción que se llama ‘Ícaro’, la melodía me recordaba a este personaje alado remontando el vuelo. Desde entonces se quedó el personaje con nosotros porque tiene mucho de humano, en esta necesidad de querer llegar más arriba, desafiando a la autoridad que le está diciendo que no lo haga porque habrá un castigo. Creo que esa figura tiene mucho de nosotros”, comentó Alfonso André.

Su primer material discográfico en solitario se lanzó en el 2011 bajo el nombre de Cerro del aire, en el cual, si bien no era un álbum conceptual, sus letras se inclinaban hacia la idea de volver a empezar. Para este segundo material, nos encontramos con un disco muy diferente: “Las letras son más introspectivas que en el primer disco porque creo que estábamos pasando momentos más difíciles. El primero es un disco más feliz que representa lo que empiezas, y hay mucha esperanza y luz, pero siempre volvemos a las viejas andanzas de oscuridad”, comentó.

“La Barranca, Caifanes y Jaguares no son grupos que se distinguieron por su luminosidad, obviamente hay destellos, pero es algo con lo que me identifico bastante. En Mar rojo pasamos momentos difíciles en el proceso. Cuando estábamos en la composición yo perdí a mi padre y Chema tenía unos problemas familiares, son cosas que te pasan en el mundo externo y que se reflejan en los mundos de las canciones”, agregó el músico.

Alfonso agregó que además se trata de uno de los trabajos más complicados que ha realizado en su carrera: “Pensé que sería más fácil hacer un segundo disco después de una primera experiencia. Pensaba que lo más difícil había pasado pero me costó mucho más trabajo, tal vez tiene que ver con el hecho de sentir que la vara había quedado alta, sentía que no podía hacer algo menor a lo que fue Cerro del aire y me daba un poco de miedo. Una vez que empezamos a trabajar todo comenzó a cobrar su propia vida”, dijo.

Para este proyecto Federico Fong y Chema Arreola colaboraron con Alfonso en la composición y arreglo de los temas, mientras que también hay una melodía de José Manuel Aguilera y una del compositor panameño Javier Medina, así como una colaboración con el tecladista de Caifanes, Diego Herrera.

La trayectoria de Alfonso André le ha permitido ser testigo de la evolución de la música y aunque recuerda que la situación del rock en los años 80 era más complicada de lo que se vive ahora, también habló de una crisis que ha negado el éxito de muchas bandas: “La industria y la forma de hacer música han cambiado mucho. Se han abaratado los costos de producción de lo que es una grabación de un disco. Antes solo se podía hacer a través de una disquera; se buscaba el dinero para poder entrar a grabar a un estudio con todas las herramientas necesarias para hacer un buen trabajo y con un buen ingeniero…

“Ahora puedes hacer una canción sin necesidad de tocar ningún instrumento, y puede sonar bien y provoca que cualquiera pueda hacer un disco. En esencia eso suena a algo positivo  por la democratización de la música, pero por el otro lado pasa que las joyas musicales sean más difíciles de localizar porque ahora hay demasiada música, hay cosas que suenan bien pero sin mucha sustancia”, enfatizó.

Es esa misma crisis la que ha provocado que el rock no tenga nuevos ídolos, “la industria está en crisis y entonces solo hace cosas al vapor. Presentan una cosa y luego lo que sigue y lo que sigue con tal de venderlo rápido. Ya no se plantean el hacer una carrera con un artista y dejarlo crecer y madurar, para que cada vez haga mejores discos y un desarrollo en su carrera”, comentó.

“Eso es muy triste porque nos estamos perdiendo de algo muy importante, por ejemplo en los festivales, desde hace muchos años seguimos viendo a los mismos músicos estelares: Café Tacvba, Zoé, Caifanes o la Maldita Vecindad, siempre son las mismas y eso es triste porque no dejamos crecer a los nuevos valores y entonces la gente no va a apostarle a las nuevas bandas. Es tan triste como decir, ‘para que voy a ver una película que no he visto’, hasta suena absurdo. Se trata de conocer algo nuevo y que puede ser maravilloso, es apostarle al futuro y no al pasado. En México vivimos de la nostalgia y no superamos lo que ya pasó”, enfatizó.

Finalmente, el músico habló del material inédito de Caifanes que seguirá pendiente, cuando menos, este año: “Nos vamos de vacaciones de verano y regresando seguiremos fechas desde septiembre a diciembre, y sí queremos grabar pero no sabemos cuando podamos hacerlo. Estamos con muchos compromisos por el 30 aniversario de la banda, pero sí tenemos ganas de hacer algo nuevo, ya hay ideas maqueteadas, ideas muy padres que queremos desarrollar. Ahora estamos buscando fechas para ver cuando lo haremos”, concluyó el músico.

Copyright © 2017 La Crónica de Hoy .

Lo más relevante en México