
Difundir la obra de creadores poco conocidos, con vertientes artísticas y estilísticas propias dentro de la gráfica mexicana, es uno de los propósitos que tiene el Museo Nacional de la Estampa (Munae) para este 2016.
Trabajos como los de Everardo Ramírez Flores o Gonzalo de la Paz Pérez son algunos de los artistas cuyas obras se pretenden exhibir este año, adelantó a Crónica, Santiago Pérez Garci, director del recinto.
“Es para este año uno de los objetivos (...) planeamos presentar obras y actividades en torno a algunos de estos artistas, que si bien están inscritos dentro de algunos de los sitios más emblemáticos de la gráfica mexicana, creo que hace falta mucho todavía por estudiarlos y revisarlos”, destacó el director.
La intención es mostrar que no todo el trabajo de la gráfica recae en figuras conocidas por el público, tales como Leopoldo Méndez, Pablo O’Higgins, José Chávez Morado, Alfredo Zalce, Jean Charlot o Raúl Anguiano, miembros del Taller de Gráfica Popular.
El director del recinto señala por ejemplo el trabajo de Everardo Ramírez Flores, quien produjo obras de caballete y mural, pero también gráfica, donde los temas principales de su producción fueron el pueblo mexicano.
“Fue la vida cotidiana y sus actividades laborales lo que marca su obra; con ello se puede ver el interés que tenía por la gente de campo, las tradiciones y fragmentos de la historia de México”, explicó Santiago Pérez Garci.
Los trabajadores de los medios urbanos, las madres y los maestros son algunos de los personajes que se pueden ver en sus obras, inscritos en acontecimientos sociales. Cabe destacar que Everardo Ramírez Flores también fue miembro del Taller de Gráfica Popular.
Asimismo, colocar en exhibición los trabajos firmados con el nombre de otros artistas, como Gonzalo de la Paz Pérez, es parte de los proyectos expositivos del Munae, pues este artista pertenece al Salón de la Plástica Mexicana y poco se conoce de su producción.
Ya en 2015 se impulsó la labor de revisión investigación en torno a estos grabadores importantes en la historia estética de México, aunque poco retomados, como fue el caso de Isidro Ocampo.
Fue en marzo del año pasado cuando el Munae organizó la muestra Isidoro Ocampo. Artista y testigo del México posrevolucionario, que retomó el nombre y las obras de este grabador mexicano como desde 1973 no se había hecho.
DIVERSIFICACIÓN DE ARTISTAS. “Trataremos de que este año podamos diversificar los proyectos en este museo, para dar cuenta de los artistas que fueron importantes para el impulso de la gráfica del siglo XX en el país”, subrayó Pérez Garci.
Por esta razón, dijo que uno de los caminos a seguir este 2016 es la revisión de la gráfica en cuanto a la historia del arte, más allá de los nombres y estilos tradicionales y bien conocidos de las prácticas de grabado en México.
“La intención es mostrar que hay otras vertientes estéticas y estilísticas que han diversificado la historia de la gráfica (...) es así como buscamos impulsar las lecturas de nuestras colecciones desde distintas perspectivas”, detalló el director del Munae.
Desde la historia del arte hasta estudios antropológicos, pasando por estudios en los que se involucra a la gráfica en otras disciplinas, serán parte de las investigaciones que se buscan hacer en el museo para generar nuevas exposiciones y destacar el nombre de varios artistas.
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