
La película Bruma, del cineasta uruguayo Max Zunino, está hecha bajo técnicas de improvisación, una corriente nueva del cine alemán que incita a una apertura creativa y así trascender las limitaciones presupuestales. La historia cuestiona los roles establecidos en la sociedad.
El personaje principal es Martina, interpretado por Sofía Espinosa, una joven que descubre estar embarazada, esto detona toda una reflexión porque comienza a cuestionarse sobre quién es ella en realidad y cuál es el verdadero sentido de su vida.
Esta mujer huye de su cotidianidad para redireccionar su vida. Martina decide abandonar todo y emigra a Berlín, es ahí donde comienza toda una nueva aventura.
“Cuando te alejas de tu país, de entrada puedes ser quien quieres ser. Ella decide huir, perderse para encontrarse a sí misma. Debe reconstruirse para definir quién es en realidad y qué hacer respecto a la maternidad”, explicó en entrevista con Crónica, la actriz Sofía Espinosa.
Y prosiguió: “Martina al descubrir que será madre realiza un escaneo de su vida, sus relaciones amorosas, familiares y laborales. Este tipo de crisis existenciales las tenemos todo el tiempo, pero no nos damos la oportunidad de reflexionar y hacer un alto para cuestionarnos qué pasa con nosotros. En esta película el personaje principal sí se lo permite”.
Bruma es la segunda película del director Max Zunino y se estrena este 5 de abril en cines nacionales. La cinta ha recorrido distintos festivales de cine como el Raindance de Inglaterra y ha llegado a países como Brasil, Argentina y Colombia. Además está hablada en tres idiomas: español, inglés y alemán.
El equipo de Max Zunino estuvo conformado por siete colaboradores, incluyendo el reparto: Sofía Espinosa, Juan Carlos Colombo, Claudette Maillé, Esther Maria Pietsch, Dieter Rita Scholla, la productora Joceline Hernández y el compositor musical Sebastián Zunino.
La técnica que utilizó el director representó para los actores un proceso muy libre, pero al mismo tiempo fue todo un reto porque nada estaba escrito, entonces tenían que improvisar y sobre la marcha crear los personajes.
“A Martina la tejí en el momento que se estaba filmando. Comprendí que ella era un poco torpe en las decisiones que tomaba pero tenía la suficiente valentía para llevarlas a cabo y romper con los patrones que la sociedad le exigía”, indicó la actriz.
El actor César Ramos, quien da vida a Agustín, el novio de Martina, aseguró que su personaje también lo fue descubriendo día a día, en el rodaje. “No podía llegar con ideas preestablecidas, era inconveniente. Así que elegí dos o tres características de Agustín y lo fui moldeando. Es poco convencional no tener los textos, pero eso me dio mucha libertad”.
El director aseguró que utilizar la técnica de improvisación (usó sólo una escaleta y acciones que daban forma a una historia) dio como resultado un filme fresco y con una sensación de veracidad: “El espectador siente que está viendo un caso de alguien real y no ficción, eso tiene que ver justo con una rigidez que tampoco se da debido a que no existen diálogos establecidos”, concluyó el cineasta.
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