
La Constitución de la Ciudad de México se escribirá y se aprobará en lo que fue un antiguo hospital y parte de una iglesia.
Este martes se firmó un acuerdo entre el Gobierno capitalino y el Senado de la República, para que la antigua sede de la Cámara alta, conocida como la Antigua Casona de Xicoténcatl, en el Centro Histórico, sea ocupada por la Asamblea Constituyente.
Por lo anterior, desde el próximo 15 de septiembre los 100 diputados constituyentes se reunirán en este lugar, ubicado en la Calle de Xicoténcatl número 8 para comenzar a trabajar en la redacción de la primera Constitución del siglo XXI que tendrá el país.
Este edificio no siempre se utilizó como sede del Senado, pues antes funcionó como hospital y a su lado se encontraba una iglesia que fue demolida hace más de 150 años.
HISTORIA. La historia de este lugar se remonta al Siglo XVII cuando la Compañía de Jesús decidió fundar un colegio-seminario. Los recursos para su construcción fueron donados por Andrés de Carvajal y Tapia, por lo que este colegio-seminario llevó el nombre de San Andrés.
Al principio este edificio fue destinado para el seminario que se proyectó, pero al construirse el Colegio de San Francisco Xavier en Tepotzotlán, los novicios fueron trasladados, y el colegio de San Andrés fue ocupado para la residencia de los padres jesuitas.
Cuando la Compañía de Jesús fue expulsada del país, parte de este edificio fue transformado en un Hospital General de ambos sexos, el cual fue administrado por el Arzobispado de la Nueva España, corría el año de 1770. La otra parte del inmueble continúo siendo una iglesia contigua al hospital.
El hospital perteneció a las autoridades eclesiásticas hasta 1861, fecha en que pasó a ser parte de las instituciones del Estado.
En esta iglesia fue embalsamado el cuerpo del Maximiliano de Habsburgo tras ser fusilado por órdenes del presidente Benito Juárez, corría el año de 1867. Un año después, el 19 de junio de 1868 se celebró una misa en memoria de los tres ejecutados en el Cerro de Las Campanas: Maximiliano de Habsburgo, Tomás Mejía y Miguel Miramón. El padre jesuita Mario Cavalieri pronunció un sermón, en donde criticaba ferozmente al gobierno del presidente Benito Juárez. De acuerdo a algunos historiadores, esto enojó mucho a Don Benito, quien de inmediato ordenó demoler la Iglesia y parte del hospital para que quedara abierta la calle de Xicoténcatl.
El hospital siguió prestando sus servicios hasta que fue demolido para construir el Palacio de Comunicaciones, el cual se edificó de 1904 a 1911. El 11 de agosto de 1931, por acuerdo presidencial, se cedió al Senado este edificio que actualmente conserva, aunque ya la mayoría de los trabajos legislativos se realizan en la nueva sede de la Cámara alta, ubicada sobre Paseo de la Reforma.
Para mantener su legado, en junio de 2014 el Senado destinó más de 10 millones de pesos para rehabilitar sus instalaciones. Hace unos días, el presidente del senado, Roberto Gil, anunció la construcción de la nueva biblioteca del Senado en la “Antigua Casona de Xicoténcatl”, por lo que se convertirá en el centro cultural de la cámara alta.
La antigua sede del Senado fue testigo de importantes acontecimientos legislativos como la creación del IMSS, del ISSSTE, del IFE (hoy INE) y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
En el salón de plenos se han escuchado discursos memorables como el de Juan de Dios Bátiz, fundador del IPN o Esteban Baca, redactor del artículo 123 constitucional; y de María Lavalle Urbina y Alicia Arellano Tapia, quienes fueron las primeras senadoras de México.
Cada año desde 1954 en este lugar se entrega la presea Belisario Domínguez a mexicanos destacados. Belisario Domínguez fue un feroz senador crítico durante el gobierno de Victoriano Huerta.
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