Escenario

Cassandra Ciangherotti y el despertar femenino en Señorita Julia

La actriz protagoniza la clásica puesta en escena de la obra de August Strindberg, que reflexiona sobre la lucha de sexos y clases sociales

Amor en tiempos de guerra
Amor en tiempos de guerra Amor en tiempos de guerra (La Crónica de Hoy)

Julia, una joven aristócrata, seduce durante la noche de San Juan a uno de sus criados, Juan, que aunque prometido con otra sirvienta no tarda en dejarse llevar por los encantos y el deseo sexual de la señorita. Ella, llena de altivez, desea rebajarse; él es educado, pero basto. A los dos les une un deseo y una repulsión mutua.

Seductores y tiernos, o brutales y salvajes, sus momentos íntimos les empujan a hacer planes desesperados y a soñar con una vida juntos. El tercer miembro en discordia es la cocinera y prometida del criado. Sin saber si la mañana traerá esperanza o desesperanza, Julia y John escaparán mediante un acto tan sublime como

horrendo digno de una tragedia griega.

Éste es el sencillo argumento que el célebre dramaturgo August Strindberg presentó el 14 de marzo de 1889, en su obra más representada La señorita Julia. En su momento la obra llegó a ser censurada en Suecia por ser una desaforada lucha de clases sociales y sexos. Actualmente la obra tiene una versión mexicana, que se presenta desde el 12 de julio en el Teatro Milán, cuya protagonista es Cassandra Ciangherotti, quien comparte con Crónica detalles de este clásico de la dramaturgia mundial:

“Es un despertar femenino y una necesidad de entender de donde viene tanto enojo, se ve reflejada una onda de recriminación, donde por un lado existe esa lucha entre la batalla de género y del feminismo en este caso y por el otro, la cuestión de las clases sociales, ambas tienen como raíz el abuso de poder, siempre ha sido sinónimo de cualquier tipo de lucha”, expresó.

Para Ciangherotti es un texto que toca profundidades del aspecto femenino, que son difíciles de entender para un mundo patriarcal, esto al hablar del dolor, la incomprensión hacia la mujer, por lo que busca a través de esos canales de interpretación y actuación, hacer que los presentes entiendan un poco más acerca de las parábolas que se han creado en torno al feminismo, sin necesidad de querer imponer un pensamiento circunstancial en la sociedad.

“En ese entonces existía una represión inmensa hacia la mujer y por eso es complicado traerlo 150 años después. Tiene mucho que ver con la capacidad que los actores tengan al momento de hacer un hecho vivo y hacerle notar al público que esas similitudes de antes, están presentes aún en la actualidad, de eso se trata esta puesta en escena y es una reflexión a la vida misma”, comentó.

La remembranza que hace la puesta en escena en la actualidad, se enfatizó desde el momento en el que el director August Strindberg, fue criticado por el contenido, ya que resultaba ser feminista para algunos, “sólo porque tenía una postura darwiniana y en la que decía, sólo el más fuerte sobrevive; entonces no se sabía qué era lo que buscaba dar a conocer, ya que él mismo decía que era la señorita Julia. Era como si él entendiera qué hay un aspecto femenino que no encuentra lugar en el mundo y eso es lo más interesante del trasfondo de la obra”, mencionó.

Al abrir el telón, para Cassandra, también se abre una nueva oportunidad de entender el porqué existe “un aspecto como rumiante enojado de lo femenino, cada quien toma posturas distintas y entiendo qué hay algo de por qué lo piensan, pero de la mano de esta historia que se escribió, estoy segura qué hay una alternativa clara, es un tema que se ha manejado en distintas propuestas, ya sea teatrales o televisivas, no a tal magnitud pero, de la que no somos ajenos y sabemos que años atrás, la mujer estaba hecha para ser ama de casa y sin tener una independencia y aún en estos tiempos siguen sucediendo cosas similares, provocadas por la misma represión qué hay”, dijo.

La señorita Julia es la tensión de dos ejes: masculino-femenino y ricos-pobres. Julia y su criado intercambian constantemente sus papeles de sumisión y dominación. La confusión de los personajes es tan extrema que se muestran los polos opuestos de sus personalidades dentro de un mismo diálogo. Esa fue la revolución de Strindberg. Ambicionaba examinar la sociedad y abolir toda la tradición teatral.

La obra marcó varias generaciones de artistas, entre los cuales figura el legendario cineasta Ingmar Bergman, quien escribió sobre él en su biografía: “Me ha acompañado toda la vida: lo he amado, lo he odiado y he lanzado sus libros contra la pared. Lo único que no he podido hacer nunca es deshacerme de él”, dijo. Dos versiones cinematográficas de La Señorita Julia están en la memoria: la del 1951 por el cineasta sueco Alf Sjöberg y la más reciente del británico Mike Figgis.

Además del cineasta, uno de sus grandes amores, Liv Ullman, directora y actriz noruega, ha sido una de las últimas en caer en la tentación de la obra. En 2014 montó una adaptación en inglés con Jessica Chastain y Colin Farrell como protagónicos. En la versión mexicana, Ciangherotti comparte el escenario con Rodrigo Virago y Xóchitl Galindres, en un texto traducido por Ileana Villarreal y bajo la dirección de Martín Acosta.

La actriz consideró que es uno de los proyectos que mayor reto le ha impuesto, por lo que una vez que concluya la temporada el 27 de septiembre iniciará las grabaciones de la primer serie de HBO hablada al español, la cual comenzará con los filmes en Chile.

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