Escenario

Christopher Robin: Un reencuentro inolvidable, afortunada dosis de humor inocente

Winnie the Pooh y sus amigos en la playa
Winnie the Pooh y sus amigos en la playa Winnie the Pooh y sus amigos en la playa (La Crónica de Hoy)

Los personajes Christopher Robin y Winnie the Pooh aparecieron por primera vez en 1924, en una colección de poemas escrita por Alan Alexander Milne titulada When We Were Very Young. El libro de cuentos de ­Milne Winnie-the-Pooh, publicado en 1926, sigue siendo considerado uno de los libros infantiles más populares de todos los tiempos.

Ahora Disney presenta una aventura de acción real, donde el niño Christopher Robin, al que le encantaba perderse en el Bosque de los Cien Acres con un grupo de adorables y vivaces animales de peluche, ha crecido y perdido su rumbo. Sus amigos de la infancia deben entrar en el mundo de Christopher y ayudarlo a recordar al niño cariñoso y alegre que aún lleva dentro, ya que está atrapado en un trabajo sobrecargado de responsabilidades, que le deja poco tiempo para su familia.

Ésta es la premisa de la cinta Christopher Robin: Un reencuentro inolvidable, que, sin ser extraordinaria, podría ser considerada una de las versiones live action más afortunadas de Disney en los últimos años. Lo curioso de esta película es que, probablemente sin quererlo, encuentra su propia identidad por accidente: aunque el propósito de su existir era el de apelar a la nostalgia, es mucho más funcional como una buena forma de acercarse a un público infantil; es decir, para los padres y aquellos amantes de las caricaturas podrá parecer un simple bello recuerdo de infancia, pero para los niños de ahora su historia es una de las mejores formas de acercarlos al cine sin hacerlos sentir que son poco inteligentes.

Por momentos, la película dará la sensación de ser demasiado complaciente, pero en su desarrollo el espectador encontrará momentos divertidos gracias a esos cautivadores muñecos de felpa: Pooh, de verdad causa gracia y ternura con su manera de entender el mundo; hay en las locuras de Tiger la mayor sensación de recuerdo de la serie, pero sin duda el personaje de Burro se lleva los momentos más memorables.

Uno de sus mayores defectos es el que pintaba para ser su mayor atractivo. El protagonista, Ewan McGregor, está completamente sobrado, su actuación es poco creíble y no transmite gracia alguna, si el personaje lo hubiera hecho cualquier otro actor no hubiera afectado en nada a la trama. Y lo que sí, hay que poner los pies firmes en la tierra, si bien es una película que logra su cometido, está muy, pero muy por debajo de filmes como Paddington, sobre todo en su secuela.

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