
En 1964, el joven de 16 años Vincent Damon Furnier fundó su banda The Earwigs, la cual cambió pronto por The Spiders, con la que hacía shows en Phoenix con una telaraña gigante en el escenario. En 1968 esa banda se consolidó bajo el nombre de Alice Cooper, el cual, con el paso de los años se fue encarnando en Furnier como un solo personaje. Tuvo que pasar más de medio siglo para que Alice Cooper tocara en tierras mexicanas. El resultado: un espectáculo teatral inolvidable.
Aquel mito sobre la fascinación del cantante por mostrar trucos teatrales en sus conciertos fue tan real como emocionante. Apenas unos minutos después de que la banda de metal progresivo Dream Theater ofreció una de las mejores presentaciones del Festival Domination, que se realizó en la curva cuatro del Autódromo Hermanos Rodríguez, apareció una manta con el rostro de Furnier con telarañas en los ojos, que hizo recordar sus primeros pasos.
De ahí en adelante, luego de un comienzo con una falla técnica en la modulación de la voz del intérprete, se dio un espectáculo que fue de menos a más hasta llegar al éxtasis. Furnier apareció con traje y bastón tras la salida de sus músicos, en medio de humo y pirotecnia para cantar “Brutal planet”.
Tras ese tema llegaron otros temas que comenzaron a elevar los ánimos del público como “No more Mr. Nice Guy”, “Under My Wheels” con un sensacional solo de guitarra de la hermosa y talentosa Nita Strauss; “Billion dollar babies”, con Furnier lanzando al público billetes desde una espada; “Be my lover” y “Lost in America”. Su majestad del horror tiene 71 años y conserva su presencia en el escenario con constantes cambios de vestuario y su rasposa voz.
El recorrido estuvo lleno de éxitos como “Serious”, “Fallen in love”, “Woman of mass distraction”, el regreso de Nita Strauss en la guitarra con una entrada que enamoró a los fanáticos y que fue el antecedente predilecto de “Poison”, uno de los temas más coreados.
Para cuando llegó “Feed My Frankenstein” el público estaba en frenesí, pues en un acto teatral Furnier fue llevado a una caja experimental que lo transformó en un monstruo gigante con su rostro, en la que una marioneta gigante se paseó por el escenario; con su clásica camisa de fuerza cantó “Paranoiac personality” y “Ballad of dwight fry” y luego en “Cold ethyl” maltrató a una muñeca a modo de retar lo políticamente correcto de la actualidad.
Para la recta final del espectáculo de Alice Cooper se pudieron disfrutar interpretaciones de “Killer”, “I love the dead” y “I’m Eighteen”, durante las cuales Furnier lució varios cambios de vestuario y hasta perdió literalmente la cabeza en una guillotina en el escenario a través de un truco teatral, después el mismo tomó su propia cabeza y la lanzó hacía atrás del escenario con un performance sobre la locura.
Se había despedido pero salió a cantar un último tema. Vestido de frac blanco, con bastón y una playera de la selección mexicana de futbol apareció para cantar “School’s out”, en una versión que desbordó la euforia de sus fanáticos. Incluso metió en la letra parte de “Another Brick in the Wall” de Pink Floyd. Finalmente, en medio de la pirotecnia se puso una playera donde mostró que es fanático de Game of Thrones y dijo sus últimas palabras: “Gracias por esta primera vez México, prometo no será la última”, así cerró Alice Cooper.
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