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COVID y los Trastornos Psiquiátricos, un texto del Dr. Gerardo Gamba

...siguen las buenas noticias relacionadas con vacunas. El lunes pasado la compañía Moderna de Cambridge Massachusetts informó que el análisis interino de su ensayo reveló que su vacuna es 95% efectiva, con la ventaja de que a diferencia de la de Pfizer, ésta puede ser almacenada en congelador normal, o sea, a -20oC, lo que hace más plausible su distribución.

COVID y los Trastornos Psiquiátricos, un texto del Dr. Gerardo Gamba

COVID y los Trastornos Psiquiátricos, un texto del Dr. Gerardo Gamba

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Uno de los aspectos en relación con la pandemia de COVID menos comentados en los diarios, pero no por eso menos importante, es la relación que se ha ido desenmascarando entre la COVID y los trastornos psiquiátricos. Son varios los aspectos a considerar en este rubro. Por un lado, están los trastornos psicológicos de la población en general, en relación con el encierro, el aislamiento social y el temor a ser contagiados y por el otro, están la relación de la COVID como factor de riesgo para el desarrollo de trastornos psiquiátricos o bien estos últimos como factor de riesgo para el desarrollo de COVID.

La población en general está angustiada y sin mucha posibilidad de compartirlo debido al aislamiento social. Además, el encierro y el incremento de actividades por vías electrónicas ha hecho que muchas personas tengan alterada la rutina a la que estaban acostumbradas. Muchos padres de familia tienen a los hijos todo el día en casa, ya que no están atendiendo a clases presenciales. La Organización Mundial de la Salud ha hecho recomendaciones que incluyen levantarse y acostarse en horarios similares todos los días. Cuidar la higiene personal. Ingerir los alimentos en horarios fijos y establecer itinerarios para trabajar, descansar y destinar tiempo para hacer cosas que nos gusten. Es muy importante hacer ejercicio. En este momento no hay mejor refrán a recordar que aquel que dice “mente sana en cuerpo sano”.

Un problema frecuente es la sensación de estarse enfermando. Amanecer cansado, con frío, con dolor de garganta o de cabeza y angustiarse porque lo primero que se piensa es que uno se ha contagiado. Se pasa un mal día por esa posibilidad y sin saber que hacer y más tarde, se olvida, al resolverse el incipiente cuadro clínico, para repetirse el ciclo cada cierto tiempo. Seguro que él o la amable lectora ha pasado por estos episodios.

Un artículo recientemente publicado en el Lancet Psychiatric da cuenta de que existe una asociación entre la COVID y los trastornos psiquiátricos, muchos más allá de lo que es aparente cuando se analizan pocos pacientes. Se trata de un estudio muy bien conducido en el que se analizó una red conocida como TriNetX Analytic Network que constituye una base de datos en la que vierten información en forma anónima 54 organizaciones de salud en los Estados Unidos, que colectivamente atienden a 69.8 millones de pacientes. En esta base de datos entre el 20 de enero y el 1 de agosto se habían reportado 62,354 casos diagnosticados con COVID. La base de datos es tan grande que se pueden formar diversas cohortes para el análisis de asociación o riesgo entre enfermedades. Los autores se plantearon dos preguntas: si haber padecido COVID aumenta el riesgo de trastornos psiquiátricos y, al contrario, si tener un trastorno psiquiátrico aumenta el riesgo de padecer COVID.

Para la primera pregunta, en 44,779 casos de COVID que no tenían antecedente alguno de trastorno psiquiátrico en el último año y que habían sobrevivido, analizaron si en los 90 días posteriores habían sido diagnosticados por primera vez o recurrencia de algún trastorno psiquiátrico antiguo. Hicieron varios grupos controles. Uno muy importante fue analizar un número similar de pacientes, pareados por los demás factores de riesgo, que hubieran sufrido un episodio agudo de enfermedad no COVID, por influenza, por otras enfermedades respiratorias, infecciones de la piel, colelitiasis, urolitiasis o fractura de un hueso largo y así, poder controlar el efecto de haber tenido un cuadro agudo de diversas gravedades. En cada uno de estos grupos controles había al menos 25 mil pacientes. Los resultados mostraron que la probabilidad de ser diagnosticado por primera vez con un trastorno psiquiátrico después de COVID es del 5.8 % o bien, por primera vez una recurrencia del 18.1 %, y que esto es significativamente mayor que en cualquiera de los grupos controles o todos juntos. En orden de frecuencia los trastornos psiquiátricos diagnosticados fueron ansiedad, depresión e insomnio. En mayores de 65 años también demencia. Afortunadamente, la probabilidad de un trastorno psicótico no fue diferente. Es interesante que este resultado se observó, independientemente de la gravedad del COVID, ya que se vio por igual en pacientes que requirieron o no hospitalización. Esta información es importante porque alerta a los médicos tratantes y familiares de que un paciente que ha sufrido COVID puede tener como secuela ansiedad, depresión o insomnio con características suficientes como para considerarse un trastorno que requiere atención.

Por otro lado, se conformó una cohorte de 1,729,837 individuos que entre enero 21 de 2019 y enero 20 de 2020 habían sido diagnosticados con algún trastorno psiquiátrico y se comparó con una cohorte de este numero de individuos, sin antecedente psiquiátrico, para determinar si padecer un trastorno psiquiátrico aumenta el riesgo de COVID. El resultado muestra que un diagnóstico previo de trastorno psiquiátrico aumenta el riesgo de COVID en 65 % y esta asociación fue muy robusta, independientemente de la edad, sexo, estado económico y muchas variables más. Nuevamente este dato es importante porque muestra que individuos con trastornos psiquiátricos deben ser aún más cuidadosos para evitar un contagio.

Los datos anteriores muestran una faceta más en la que la pandemia de COVID está teniendo repercusiones a largo plazo, más allá de la infección aguda y para las cuales debemos de estar preparados.

No quiero terminar este editorial sin comentar que siguen las buenas noticias relacionadas con vacunas. El lunes pasado la compañía Moderna de Cambridge Massachusetts informó que el análisis interino de su ensayo reveló que su vacuna es 95% efectiva, con la ventaja de que a diferencia de la de Pfizer, ésta puede ser almacenada en congelador normal, o sea, a -20oC, lo que hace más plausible su distribución. Adicionalmente, Pfizer informó el final de su estudio, con más de 45 mil sujetos incluidos. De 170 casos de COVID, 162 estuvieron en el grupo placebo y sólo ocho en el de vacuna, de los cuales sólo en uno el cuadro fue grave. La luz al final del túnel se hace más intensa.

Dr. Gerardo Gamba

Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e

Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM.