
Investigadores del Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (Ciatej) desarrollaron y pusieron en marcha una planta piloto para extender la vida de anaquel de alimentos, como parte de un proyecto para mejorar la seguridad alimentaria en el estado.
“En la planta se pueden procesar frutas y hortalizas, como tomate, entre los principales, pero también papaya, mango, guayaba, entre otros. La pulpa de la fruta es totalmente natural y es una opción que contribuye a la nutrición de personas de escasos recursos, en vez de que consuman comida chatarra”, señala en entrevista el ingeniero Francisco Javier Pérez Martínez, responsable del proyecto en el Ciatej.
El proceso, explica, consiste en extraer la pulpa de los frutos o verduras los cuales se trituran para obtener un puré, que se exponen a un proceso de concentración para quitar parte del agua, y quede más espeso. “Una vez hecho puré se envasa en una bolsa plástica —en raciones de 200 gramos, la cantidad aproximada para que sea consumido en una sola vez—, se sella y se somete a una pasteurización para eliminar bacterias y patógenos. Mientras no se abra, el producto se conserva por hasta por más de un año sin necesidad de refrigeración y mientras se mantenga a temperatura ambiente”.
En febrero pasado, la planta se inauguró en Tepatitlán de Morelos, Jalisco, como parte del proyecto “Jalisco sin Hambre”, el cual fue financiado por un programa FOMIX —que serán sustituidos por otro en este sexenio— y coordinado por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO).
Para este proyecto estatal, explica el especialista, se han implementado bancos de alimentos que reciben en donación diversos alimentos, principalmente frutas y hortalizas, con los cuales arman despensas que distribuyen a familias en situación de inseguridad alimentaria bajo un padrón de beneficiarios registrados.
Uno de los principales problemas que enfrentan los bancos de alimentos, añade, es lo rápido que perecen frutas y hortalizas frescas que reciben y que en ocasiones no alcanzan a distribuirlas, convirtiéndose en mermas para su operación.
Plantas como la diseñada por el Ciatej permitirán aprovechar los excedentes de las frutas y hortalizas y envasarlos en forma de purés y pulpas, para así facilitar su distribución y su almacenamiento. Al inicio del proyecto, se realizó un análisis de la infraestructura disponible en los tres bancos de alimentos participantes, Guadalajara, Zapotlanejo y Tepatitlán; este último reunió las mejores características para su instalación.
El académico añadió que actualmente se capacitan a las personas que operarán, darán mantenimiento y llevarán a cabo los procesos de la planta, para iniciar la producción. “Ya se instaló toda la línea de producción y ahora sólo esperamos el arranque”.
En febrero pasado, el rector del ITESO, Luis Arriaga, dijo en la inauguración de la planta que “nuestro proyecto transforma el modelo de operación de los bancos de alimentos de Jalisco para pasar de ser instituciones de asistencia y promoción humana a bancos orientados a la superación activa de la pobreza por parte de sus beneficiarios”.
La planta servirá de pilotaje para que otros bancos de alimentos de Jalisco analicen comportamiento y logística que requieren, y así en un futuro próximo ampliar el proyecto, puntualiza. “Si bien ha iniciado en Jalisco, éste se podría replicar en bancos de alimentos de todo el país, como Chiapas, donde tienen mucha materia prima que se puede procesar, y apoyar a personas de bajos recursos”.
Para el científico este tipo de proyectos, en el que además participó la iniciativa privada, son una muestra de cómo la ciencia y la tecnología se pueden poner al servicio de la comunidad de forma directa, con un impacto social y tangible. “Podemos contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas y no quedarnos con la investigación que en ocasiones no se aplica o se deja guardada”.
Jalisco sin Hambre es un proyecto coordinado por el ITESO, en que también participan el Tecnológico de Monterrey Campus Guadalajara, el Ciatej, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedis), la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología (Sicyt), los bancos de alimentos de Guadalajara, Zapotlanejo y Tepatitlán, y empresas como Jabil Circuit, Prosociedad y Amdocs, entre otros actores.
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