
El Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, destinado a evaluar los programas sociales del Estado mexicano, estimó que entre 2008 y 2016 el número de personas en situación de pobreza aumentó en 3.9 millones de personas. Esto se compensa en alguna medida con los 2.9 millones de personas que dejaron el estrato social más vulnerable, el de pobreza extrema, pero el aumento del número de personas con carencias de salud o alimentarias es preocupante.
Lo anterior se desprende de citado informe, elaborado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval) a partir de seguimientos de diez años y que han generado los primeros análisis globales de las acciones de diferentes dependencias federales y estatales.
Las carencias de acceso a la seguridad social y a la alimentación todavía son altas y, por otro lado, los ingresos económicos en los hogares ha tenido una trayectoria errática, señala el informe presentado ayer.
Destaca entre los datos positivos que entre 2008 y 2016 un total de 5 millones más de personas accedieron a un espacio (vivienda) digno para vivir. Los datos sobre acceso a una alimentación adecuada, por el contrario, siguen preocupando pues si bien no ha aumentado el número de personas que registran carencias en este rubro, tampoco disminuyen.
El Coneval refiere que en el tema alimentario (seguramente ligado al ingreso familiar) se ha percibido en los últimos años mejores resultados de los programas sociales: entre 2008 y 2010 se presentó un incremento en el número de personas con carencias alimentarias y entre 2010 y 2016 comenzó una reducción.
Aún más grave, el informe detectó que continúa el problema de los menores que no asisten a la escuela (y perpetuarán las carencias en su entorno). En 2016 (poco más de 1 millón de personas entre 3 y 17 años que vivían en hogares con ingresos por debajo de la Línea de Bienestar Mínimo no asistían a la escuela).
Entre 1992 y 2016, señaló la información difundida ayer, “el ingreso promedio ha tenido fluctuaciones que no han permitido mejoras permanentes en el bienestar de los hogares. Las crisis económicas en este periodo, entre otros factores, se han traducido en un crecimiento económico promedio anual de 2.4 por ciento, lo que representa sólo 1.3 por ciento en términos per cápita”.
“Algunos grupos de la población, como los jóvenes entre 15 y 29 años, tienen mayores dificultades para insertarse en empleos formales”, se agrega, “en 2017, del total de personas jóvenes ocupadas, 59.9 por ciento, se encontraban en empleos informales”.
La pobreza debe ser afrontada como un problema de derechos y oportunidades, afirma el Coneval entre sus conclusiones.
El Informe señala que la pobreza debe ser un tema prioritario pero no debe ser la única problemática que guíe la política pública. “Para mejorar en el desarrollo social es necesario avanzar en el cumplimiento de los derechos y reducir las brechas que aún existen entre diferentes grupos sociales en el país, así como diseñar instrumentos de política pública que igualen las oportunidades de toda la población”, se lee en los reportes del Coneval.
Para el derecho a un medio ambiente sano, el Informe de Evaluación 2018 señala la necesidad de vigilar elementos indispensables para su cumplimiento, tales como: la disponibilidad de agua y su saneamiento; la calidad del aire y sus afectaciones, principalmente en Zonas Metropolitanas; el cambio climático; el manejo de residuos tanto sólidos como peligrosos; la cobertura forestal (áreas en km2 cubiertas por bosque); el uso de suelos, y la conservación de la biodiversidad.
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