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El Acta de Independencia, un texto de Carlos Villa Roiz

El Padre de la Patria fue el cura Miguel Hidalgo y Costilla seguido por otros caudillos que también fueron religiosos, y en la firma del Acta de Independencia está estampada la firma de dos; el obispo de Puebla Antonio Joaquín Pérez Martínez y el canónico de la Catedral de México Matías de Monteagudo, miembro de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri

El Acta de Independencia, un texto de Carlos Villa Roiz

El Acta de Independencia, un texto de Carlos Villa Roiz

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Al inicio y al final del proceso de la Independencia de México tuvieron presencia sacerdotes mexicanos y españoles. El Padre de la Patria fue el cura Miguel Hidalgo y Costilla seguido por otros caudillos que también fueron religiosos, y en la firma del Acta de Independencia está estampada la firma de dos; el obispo de Puebla Antonio Joaquín Pérez Martínez y el canónico de la Catedral de México Matías de Monteagudo, miembro de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri, y quien fue el principal conspirador de las reuniones secretas de La Profesa.

Si bien es cierto que este obispo es más famoso por estar vinculado a ese banquete al que asistió Iturbide en donde degustaron los nacientes chiles en nogada que prepararon las monjas de Santa Mónica, en Puebla, receta que incluía los colores patrios, también fue uno de los conspiradores que sentaron un importante precedente al movimiento que inició el cura Hidalgo en Guanajuato.

Él Nació en mayo de 1763 y falleció en su diócesis en 1829. Era criollo y participó de manera activa como diputado en las Cortes de Cádiz donde sobresale como político liberal y llegó a ocupar la presidencia de estas Cortes en tres ocasiones. Se pronuncia por abolir la inquisición, permitir la libertad de prensa y dar más soberanía a los territorios del imperio español.

Él se convirtió en obispo el 19 de septiembre de 1814 pero ocupó el cargo hasta 1815. Fue investigado bajo sospecha de pertenecer al grupo secreto Los Guadalupes. Una vez consumada la independencia, ejerció una importante actividad diplomática para que la Santa Sede reconociera la vida independiente de México.

Monteagudo era español y pasó a Nueva España en 1783 donde estudió en la Universidad Pontificia de México donde obtuvo el título de Doctor en Derecho civil y canónigo, y allí mismo fue profesor; desde 1972 perteneció al Colegio de Abogados.

Fue párroco de la iglesia de la Santa Veracruz, que está a un costado de La Alameda desde 1799 hasta 1801, fecha en la que ingresó al Oratorio de San Felipe Neri.

Monteagudo fue inquisidor honorario y canónico del cabildo de la Catedral Metropolitana desde el 24 de septiembre de 1816. Simpatizó con el golpe de Estado en 1808 contra el Virrey José de Iturrigaray y él fue de los conspiradores de La Profesa siendo él quien encabezaba esas reuniones, para evitar que el virrey Juan Ruiz de Apodaca jurara la Constitución de Cádiz. Estas conspiraciones fueron el detonante para iniciar el movimiento de Independencia de México.

Cuando entró a México triunfante el Ejército Trigarante o de las Tres Garantías, el 28 de septiembre de 1821, Agustín de Iturbide lo designó para que fuera uno de los 35 firmantes del Acta de Independencia del Imperio Mexicano y también fue nombrado como miembro de la Junta Provisional Gubernativa, que gobernó al naciente país desde aquella fecha hasta febrero de 1922.

Matías de Monteagudo falleció en la Ciudad de México el 13 de octubre de 1841, y es uno de los forjadores de nuestra patria.