
Son las 13:00 horas. Un vehículo versa gris llega apresurado al Jardín Pushkin. De inmediato el conductor acciona el claxon para avisar que ya llegó. Se estaciona y se abre la puerta trasera del auto. Como rayo desciende un hombre con pantalón de vestir verde y camisa azul de manga corta que permite ver su repertorio de tatuajes: ocho en los brazos y ocho en el pecho, como el de la frase: “Un grito de existencia”, que comienza en el remo izquierdo y se extiende al derecho; además de una cruz, una flor. Todos con un significado especial.
Es El Mijis, Pedro Carrizales Becerra, el expandillero que ganó una diputación en San Luis Potosí (Distrito 8), apoyado por el partido de Andrés Manuel López Obrador.
El diputado “de la banda”, como él mismo se autonombra, llegó a la ciudad de México a realizar tareas de servicio social con pandilleros y chavos banda de la Ciudad de México.
El Mijis tiene varios años de lucha social. Desde 2002 se unió a una agrupación local denominada Movimiento Popular Juvenil y a partir de 2009 lidera la organización Un Grito de Existencia.
Hace tres años, Carrizales y un grupo de chavos banda recorrieron varios estados en bicicleta para entregar peticiones a los congresos locales solicitando que se deje de criminalizar a estos jóvenes.
El Mijis recuerda que no es la primera vez que sufre discriminación. Y es que hay veces que suele vestir con paliacates, camisas a cuadros y en ocasiones usa pantalones holgados de mezclilla.
“Me han dicho naco, cholo, brayan; me han barrido con la mirada por mi apariencia”, lamenta.
Asegura que todo eso se acabará una vez que llegue al Congreso de la Unión. Indica que presentará iniciativas en contra de la discriminación, para una inclusión de presos y la búsqueda de empleos temporales, así como la ayuda a jóvenes de cualquier sector.
Antes de charlar con Crónica, El Mijis se reunió con chicos banda de Iztapalapa y de Tepito, para realizar charlas motivacionales y comprometerse a apoyar a los chavos con talento. Su misión, dice, es alejarlos de las drogas y de la violencia.
Cuenta también que se reunió con estudiantes de la UNAM para invitarlos a rescatar y apoyar a los pandilleros dando cursos y talleres.
Pedro, quien durante toda la charla no se quita las gafas oscuras, cuenta su infancia: desde su paso por una familia disfuncional que lo orilló a refugiarse en la calle, “mi segunda familia”; sus peleas de niño, que le abrieron las puertas a los grupos vandálicos, hasta su sueño de ser actor, pues “cuando mi mamá se ponía a limpiar, yo también veía novelas”. Quería ser como el actor principal de Angelitos Negros.
Cuenta que una de sus primeras acciones como legislador será crear una policía de barrio capacitada para que se deje de criminalizar a los cholos, como también se les llama.
“Que haya más actividades culturales y deporte. Vamos a demostrar con trabajo que los chavos banda también pueden hacer muchas cosas”, afirma mientras se acomoda de forma placentera en una de las bancas del jardín, ubicado sobre la avenida Cuauhtémoc. “Se nos discrimina no sólo de modo verbal, sino con la mirada, se nos cierran las puertas o se nos niega empleo sin importar nuestras capacidades”.
Al Mijis se le hace tarde para regresar a San Luis Potosí; incluso ya lo esperaba su familia en el parque; sin embargo, se dio tiempo para hablar de Andrés Manuel y la forma en que consiguió la candidatura.
Y es que a pesar de lo que todo mundo piensa, Pedro Carrizales no contemplaba representar a Morena en las pasadas elecciones; él, nos asegura, sería un candidato independiente; incluso recuerda que para su campaña tuvo que vender uno de sus salones de eventos sociales.
Sin embargo, nos cuenta, la coalición fue incluyente y le dio luz verde, autonomía y libertad para hacer su trabajo.
“Soy el primer chavo banda, en la historia de México, en un puesto público. Sí lo soy, pero eso es lo que hace diferentes estas cosas”, dice orgulloso.
Y agrega: “yo voté por Andrés Manuel pero la gente se me acerca y me dice: Pedro, tú eres la cuarta transformación, porque lo que tú representas, de donde tú vienes, estás demostrando que existen las segundas oportunidades; tú vienes del pueblo, vienes de la raza. Tú ahorita eres como un símbolo”.
Confiesa el origen de su mote. Mijis, porque cada que saludaba o me presentaba decía: “qué onda mijis, en vez de decir: qué onda mijo”.
Recuerda que lo han invitado a actuar en películas y series, “pero nel”, comenta. Y de inmediato continúa: “quiero seguir trabajando por la gente y demostrar que hasta un chavo banda puede cambiar su entorno, estado o país”.
“Fue un golpe muy duro y ya no quería vivir”, relata. Esa pérdida provocó que cayera en drogas y una profunda depresión que lo llevó a varios intentos de suicidio. “Lo intenté cinco ocasiones pero no lo logré, hasta que llegó un cristiano a sacarme de la calle”. Recibió ayuda y tras un periodo de recuperación fue en busca de una segunda oportunidad; comenzó ayudar a otros jóvenes que padecían los problemas que había vivido y ahí fue cuando comenzó su nueva vida.
“Vivir muchas tragedias para entender, pero cuando fui niño no tenía intenciones de ser pandillero. Yo quería ser actor y ser como Juan Ferrara”.
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