Metrópoli

El sismo golpeó también al boom inmobiliario

De los 38 edificios colapsados, así como de los cientos dañados, muchos son de reciente construcción, lo que pone en duda si cumplieron lineamientos

Edificio agrietado por un sismo
Edificio agrietado por un sismo Edificio agrietado por un sismo (La Crónica de Hoy)

El sismo del 19 de septiembre provocó el colapso de 38 edificios y causó daños en cientos más, muchos de los cuales pertenecen al boom inmobiliario, es decir, a una ola de construcciones recientes que ponen en duda si se cumplen los lineamientos al construir inmuebles en la Ciudad de México.

Cerca de las zonas de derrumbes, al sur y centro de la capital del país, se pueden observar edificaciones que fueron recientemente construidas o modificadas, y que tras el temblor ya no pueden ser habitadas.

El gobierno local ha revisado más de siete mil construcciones y determinó que algunas son inhabitables; otras sólo presentan grietas, pero es suficiente para que los capitalinos decidan dejar su patrimonio y comience un largo camino de trámites burocráticos para hacer efectivo algún tipo de seguro, en caso de que éste exista.

Haciendo recorridos por la zona de la calzada de Tlalpan en la colonia Portales, se pueden ver varios inmuebles que aún ofrecen la renta de departamentos de lujo, mismos que en su fachada exterior muestran estragos del terremoto del martes pasado, tal es el caso del complejo Urbano Park Tlalpan en el número 1442.

Este inmueble empezó a hacer habitado hace tres años y el precio en promedio de un departamento era de 1 millón 500 mil pesos y la renta rondaba los 12 mil pesos; esta unidad muestra los estragos del terremoto en su fachada y los residentes ya fueron notificados aunque en recorrido realizado se pudo apreciar que aún hay gente habitando y algunos otros han preferido evacuar por precaución.

Esto llama la atención ya que en la misma cuadra, sobre la calle Malintzin, se construyeron a la par un conjunto de departamentos que tienen el mismo tiempo de haber sido ocupados, la diferencia es que estos no presentan ningún daño y están en perfectas condiciones.

“Los departamentos de la esquina fueron evacuados y aunque son prácticamente nuevos como el mío, los de protección civil ya revisaron mi edificio y este si está bien. Deberían checar a las constructoras” declaró Susana Lovera, quien vive en el inmueble de la calle Malintzin que resultó intacto y que resaltó que las empresas constructoras fueron distintas y ahí radicó el principal problema.

Las principales quejas de los vecinos afectados son contra las constructoras que en un pequeño lapso comenzaron múltiples obras en la zona y muchas personas alegan que esto dañó el suelo de este sector en la delegación Benito Juárez y la muestra más clara es en Saratoga 714 que colapsó y tuvo víctimas mortales.

A pesar de que este no fuera una construcción nueva, en los al rededores hubieron obras de las cuales los colonos se han quejado que han sido factor para que esta serie de departamentos cayeran tras el temblor.

Si bien hay otros complejos disponibles en el espacio aledaño sobre calzada de Tlalpan que no resultaron afectados, no parece que estos vayan a ser ocupados pronto ya que en consulta con algunos transeúntes que visitan la zona diario, la respuesta generalizada al cuestionarles si rentarían o comprarían algún departamento de los disponibles, el NO fue claro por temor a un derrumbe ya que “hemos comprobado que están mal hechos” dijo Andrés,ua joven que pasea  a diario por la Colonia Portales.

Los edificios de Saratoga, Azores y Emperador, todos en la Portales, son de los edificios ya evacuados y que han dejado desamparadas a decenas de familia que han tenido que ir al albergue habilitado por la delegación o buscar alojamiento con familiares en el mejor de los casos aunque la inversión hecha en estos departamentos nuevos ha sido un desperdicio.

El edificio de 11 pisos lo habitaban cerca de 45 familias quienes tras el sismo del pasado 19 de septiembre abandonaron los departamentos modernos. El movimiento telúrico causó que la construcción ecológica se llenara de grietas en su exterior y desprendimientos de concreto y piedra.

Los inquilinos pasaron la noche del martes en otro lado, no en sus casas por miedo a la caída de éste, al siguiente día fueron algunos por sus pertenencias otros aún dejaron la bicicleta y la ropa tendida en el balcón.

Vecinos al lugar comentan que el día del temblor el edificio “crujió muy fuerte” mientras los que habitaban los departamentos huían al ver como su patrimonio de más de un millón de pesos se venía abajo.

Personal de vigilancia sigue en el lugar, se niegan a dar información sobre si ya les han dado algún informe los peritos encargados de revisar si la construcción es habitable o no. No dijeron quién es el administrador del edificio ni algún dato al respecto.

Habitantes de los departamentos pidieron a las autoridades ir y dar un informe ya que no saben que harán ni a donde irán, tampoco si se les rembolsará su dinero.

Otros vecinos tienen una página de Facebook en la que escriben que la construcción presentaba deficiencias como filtraciones en los cimientos de los sótanos, inundaciones en los estacionamientos y deficiencia en las instalaciones hidráulicas, además de asegurar que han interpuesto demandas ante la Profeco.

Por fuera este conjunto de departamentos no muestra ningún aparente daño pero al ingresar es evidente que es inhabitable; por dentro prácticamente todo está destruido y hay un alto riesgo de que éste se derrumbe.

Mauricio Delgadillo, uno de los habitantes de este inmueble y que vive ahí desde que este fuera construido hace 13 años, mencionó que únicamente ha ido gente de la delegación a dar un dictamen parcial pero no ha ido ningún perito de Protección Civil a dar un dictamen que permita a los vecinos saber que será de sus hogares.

Mauricio vive con su esposa y sus dos hijos de 4 y 8 años y afortunadamente, menciona, tienen en dónde quedarse, pero es visible su molestia al ver cómo fue construido dicho edificio.

“Deberían haber tres columnas y sólo hay una” señaló el señor Delgadillo, al tiempo que lanzó un reclamo al arquitecto Salvador Izquierdo Carballeda.

“No queda más que echarle ganas” comentó Mauricio Delgadillo, quien vigila el edificio en espera de un dictamen que le permita saber qué camino tomar con su familia.

Los edificios que casi acaban de ser construidos presentan fracturas y grietas en toda su estructura, por lo que debieron ser desalojados de manera inmediata. Carmen Santoyo vive en Amsterdam casi esquina con Cacahuamilpa y contó que es un milagro que ella y sus vecinos estén vivos y contándola.

“El día del sismo, yo pensé que no sería fuerte, pero al escuchar cómo tronaba todo pensé que moriría”, recordó.

El edifico con el número 27 de color rojo con ventanales oscuros estuvo a punto de desplomarse; sin embargo, fueron las puertas de aluminio y la loza de la puerta principal las que detuvieron el peso de los seis departamentos.

Elementos de la Marina necesitaron colocar diversas barricadas improvisadas con palos y retazos para que no se colapse en cualquier momento.

“Ya sé que está a punto de caerse pero necesito pasar por mis cosas, no tengo nada, además en el quinto piso se quedaron dos gatitos atrapados”, explicó angustiada.

Con ayuda de otros dos vecinos abrieron con dificultad la puerta principal del estacionamiento que sin miedo, la patearon numerosas veces hasta que se destrabó.

“Sólo sacaré lo necesario y valioso para mí, porque sé que estar ahí es un peligro”, dijo Jaime.

Sin embargo, sólo Jaime pudo entrar al inmueble y lograr entrar a su departamento, pues en cuanto se escuchó el gran golpe los marinos corrieron a resguardar el lugar.

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