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Escala y sofisticación de huachicoleo, sin precedentes: InSight Crime

A traves de un análisis, expone que recientemente se han usado mangueras enterradas para eludir la vigilancia alrededor de los ductos, pero los túneles construidos exclusivamente para usarse en el huachicoleo bajo tierra emulan los usados por los grandes carteles de narcotráfico.

Un camión en un depósito de chatarra
Un camión en un depósito de chatarra Un camión en un depósito de chatarra (La Crónica de Hoy)

Aunque en toda su existencia, las redes de huachicoleo no han dejado de buscar nuevas maneras de extraer el combustible de los oleoductos en México, la escala y sofisticación de esta operación subterránea no tiene precedentes, considera la organización InSight Crime.

A traves de un análisis, expone que recientemente se han usado mangueras enterradas para eludir la vigilancia alrededor de los ductos, pero los túneles construidos exclusivamente para usarse en el huachicoleo bajo tierra emulan los usados por los grandes carteles de narcotráfico.

Javier González del Villar, director logístico de la petrolera estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), declaró en su conferencia de prensa que los túneles tenían electricidad y ventilación y que estaban apuntalados con tablas y tablones de madera. Los describió como “perfectamente construidos”.

InSight Crime agrega que los ladrones de combustible, conocidos localmente como huachicoleros, han usado argucias tecnológicas para evadir la detección. Por ejemplo, en varias ocasiones los huachicoleros han empleado dos tomas para evadir los manómetros usados para detectar tomas clandestinas. Mientras una toma succiona combustible, la otra inyecta agua con ayuda de un compresor para evitar activar las alarmas que monitorean las caídas de presión.

"Es posible que esas hayan sido las tácticas usadas por esta red subterránea. Pero es poco probable que la gran cantidad de gasolina robada —suficiente para llenar depósitos enteros— fuera posible sin una cuota de corrupción oficial", considera.

En su análisis, manifiesta que más allá de las capacidades técnicas y la infraestructura, la red tenía el dinero y el personal suficiente para manejar la operación, que, en palabras de los representantes del gobierno, tenía una “escala industrial”. Además se habrían requerido capacidades logísticas y conexiones para el transporte del huachicol.

"El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, declaró la lucha contra el robo de combustible una prioridad de su administración, y ha cantado victoria prematuramente con las medidas tomadas contra los huachicoleros y la mejor vigilancia de los oleoductos."

Según cifras de Pemex, el número de barriles robados diariamente ha caído en cerca de un 80 por ciento desde que López Obrador asumió el poder —de 74.000 barriles en diciembre de 2018 a poco más de 5.600 en diciembre de 2020.

"López Obrador está en lo cierto al afirmar que aquellos tiempos en que se drenaban los oleoductos en frente de todos y las tomas ilegales estaban a la vista parecen cosa del pasado. Pero el hallazgo de esta operación subterránea indica que las sofisticadas redes no se dejan amedrentar, ante las ingentes ganancias que aún pueden lograrse", concluyó.

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