El tenista suizo Roger Federer, quien estará fuera de acción el resto del 2020 por una doble artroscopia que se practicó en la rodilla derecha, es una de las pocas voces que respalda que se dispute el torneo Abierto de Estados Unidos, pese a la pandemia del COVID-19 que en Estados Unidos suma más de dos millones de contagiados y cerca de 119 mil fallecimientos.
El otro apoyo que recibió el US Open, fue el de la jugadora número tres de la Asociación Femenina de Tenis (WTA), la checa Karolina Pliskova, quien declaró que:
"En algún momento es necesario que arranque la temporada. Incluso si fuera el año que viene, estoy segura que seguirá habiendo gente enferma, entonces nunca va a ser súper seguro. Creo que mientras antes empecemos, mejor será".
Por su lado, el croata Marin Cilic, campeón del abierto estadunidense en 2014, pidió que los premios económicos sean mayores, debido a las condiciones de riesgo sanitario en las que se jugaría el torneo en el complejo neoyorquino de Flushing Meadows.
El Abierto de Estados Unidos, tercer Grand Slam en el calendario habitual de la temporada tenística, se celebraría del 31 de agosto al 13 de agosto, aunque el número uno de la ATP, el serbio Novak Djokovic y campeón defensor, el español Rafael Nadal han puesto en duda su participación por la emergencia sanitaria, que en Nueva York registra 405 mil infectados y casi 31 mil fallecidos.
También la australiana número uno de la WTA, Ashleigh Barty y la rumana Simona Halep pusieron en duda su participación, considerando que las instalaciones de Flushing Meadows, sirvieron de hospital temporal para pacientes con COVID-19 en la parte más álgida de la pandemia en la urbe de hierro.
El abierto estadunidense arrancaría el lunes 31 de agosto para finalizar el 13 de septiembre, para que una semana después inicie el Abierto de Francia en Roland Garros el 20 de septiembre, es decir una semana de descanso entre dos torneos de Grand Slam en el año, ya que Wimbledon fue cancelado por primera ocasión desde que la Segunda Guerra Mundial en 1945 impidió su realización.
El protocolo de salud sugerido por la Federación de Tenis de los Estados Unidos (USTA), incluye tribunas vacías; un número limitado de asistentes de los jugadores; hoteles asignados; mayor limpieza en las instalaciones del torneo; espacio adicional en los camerinos; toma de temperatura diaria y pruebas de diagnóstico ocasionales, entre otras medidas.
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