Al príncipe Felipe de Edimburgo, fallecido este viernes a los 99 años de edad, se le conoció poca afición por el deporte, sin embargo, su imagen y la de la Reina Isabell II, siempre ha estado ligada a los grandes eventos deportivos en el Reino Unido.
Se le vio en algunos torneos de tenis en Wimbledon, en la Copa del Mundo de Futbol en Inglaterra 1966 y la inauguración del Emirates Stadium 2006, aunque ni el tenis ni el futbol fueran sus deportes favoritos, pese al arraigo de Wimbledon en la familia real.
Felipe de Edimburgo fue presidente honorífico de la federación inglesa de futbol entre 1957 y 1959, e inauguró el Emirates Stadium en 2006, casa del Arsenal, que sustituyó al mítico Highbury.
Como anfitrión de la Copa del Mundo de Futbol en 1966, Felipe de Edimburgo presenció la final entre Alemania e Inglaterra, siendo la Reina Isabel II la encargada de entregar la Copa a la selección inglesa, campeona de del mundo, después del polémico gol de Geoff Hurst, que para muchos no fue.
A Felipe de Edimburgo se le conoció por ser un apasionado jugador de polo, en el que compitió en su juventud, además de ser un aficionado al cricket, participando en partidos benéficos.
Su estrecha relación con el mundo ecuestre se reflejaba demostrando su gran amor por los caballos. Estuvo presente en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en las competencias de hípica, que también llaman la atención de la reina.
Motivo por el cual jinetes y entrenadores guardaron un minuto de silencio este viernes, tras el anuncio de la muerte del príncipe Felipe, duque de Edimburgo de Gran Bretaña en el Gran Festival Nacional en el hipódromo de Aintree en Liverpool, que se celebra al noroeste de Inglaterra.
Entre 1964 y 1986, Felipe de Edimburgo fue presidente de la Federación Internacional Ecuestre.
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