
Enclavado en el corazón del barrio centrico de La Chinesca, el minibarrio chino de Mexicali de misteriosas puertas con iconografías y diseños orientales, resalta una bandera de Haití. Vecino del Café Victoria, famoso restaurante oriental que data de 1920, está el primer establecimiento de auténtica comida haitiana. Es también el epicentro desde el que se extiende una nueva cultura en esta ciudad.
Joseph, quien llegó desde Port de Paix, es uno de quienes se atoró en la frontera cuando ésta se tornó más difícil de cruzar. Ahora ha inaugurado formalmente el primer restaurante haitiano. Decenas de curiosos, de Mexicali, del vecino Valle Imperial en California, vienen a degustar la sazón haitiana.
De acuerdo con la Secretaría de Gobernación federal, alrededor de 3 mil 700 migrantes afrodescendientes, originarios de Haití principalmente, se quedaron de manera permanente en la entidad, sobre todo en Tijuana y Mexicali.
José Luis Hernández Ibarra, delegado de Segob, puntualiza que de ese total, 750 han solicitado una visa humanitaria que les permite trabajar.
Uno de ellos es Joseph, quien al no lograr el asilo en EU antes de la toma de protesta de Donald Trump, decidió quedarse en Mexicali. Joseph habla en criollo haitiano para dirigir a otros tres migrantes que trabajan en su restaurante. Para él es claro que en Mexicali hay solidaridad y calidez hacia el migrante. Por eso prefirió no probar suerte en otra zona de México.
Con el dinero que le enviaron familiares que viven en EU, un recurso que guardó para su viaje al vecino país, y el apoyo de varias personas mexicanas que conoció desde su llegada, fue que inauguró el Restaurante Haitiano, como lo denominó.
Oscar Hernández Valenzuela, coordinador del Archivo Histórico de Mexicali, indica que Mexicali es un punto de fusión de culturas. La Chinesca, el minibarrio chino, se construyó así hace décadas y ahora lo hará con los afrocaribeños. Al pasar de los años, indica, se hablará del enriquecimiento cultural que tuvieron las comunidades con el fenómeno migratorio afrodescendiente.
Sergio Tamai Quintero, de Ángeles sin Fronteras, lamenta que en Tijuana los migrantes se encuentren en zonas marginadas, segregados:
“Creo que no debemos crear ghettos para los migrantes, debemos integrarlos. En el caso de Mexicali hemos visto cómo han sido recibidos con gusto y conviven con gran parte de la población en el centro y en áreas comerciales de la ciudad”.
En el Pequeño Puerto Príncipe, como algunos ya le dicen a las cuadras del primer cuadro de Mexicali, la población afrodescendiente se ha albergado en cuarterías; otros aún pernoctan en hoteles de la zona y en los albergues temporales.
Independientemente del lugar donde duermen, la mayoría se concentra a convivir en loncherías del Pequeño Puerto Príncipe.
Entre la venta de platillos típicos haitianos y la música de aquel país, los vendedores ambulantes, boleros, taxistas y empleados de comercios cercanos, platican con estos migrantes, quienes incluso se dan tiempo de enseñar frases y palabras en criollo.
“Algunos han encontrado trabajo en talleres, bodegas, tiendas de abarrotes y demás negocios en otras zonas de la ciudad y han buscado la manera de vivir en cuartos o casas rentadas en otras zonas de Mexicali”, explicó Tamai Quintero.
Para el secretario de Gobierno estatal, Francisco Rueda, son 3 mil migrantes afrodescendientes los que se han quedado a residir en Baja California; indica que buscarán la forma de que la totalidad de ellos regularice su situación migratoria y que puedan trabajar. Un objetivo es que si ya son población que se integrará a Baja California, entonces debe desocupar los espacios en los albergues y casas del migrante.
Pero la suerte no ha estado del lado de todos. Giovanni Toussé, uno de estos migrantes que ahora se ha establecido en Mexicali, trabaja como cargador en una bodega de frutas y verduras en el mercado del centro. Sin embargo, debido a que aún no regulariza su situación legal, no gana mucho dinero.
No le ha sido posible sostener la renta de un cuarto y aún tiene que dormir cada noche en el Hotel del Migrante.
A diferencia de Joseph, él está tratando de encontrar su sitio en una ciudad amigable, pero que aún no le concede ese sueño mexicano que deberá conformarlo por no poder pasar a EU.
-Cultura
Para quienes conocen Mexicali, es claro que esta ciudad recibirá con los brazos abiertos la presencia permanente de los haitianos
-Dos Ciudades
No obstante, la distancia entre Tijuana y Mexicali es enorme. Mientras en la capital bajacaliforniana los haitianos son la nueva imagen del centro, en la otra ciudad los afrodescendientes están siendo confinados a barrancas y barrios bravos.
-Migra
Los anuncios de facilidades para la legalización del estatus migratorio de esta población han producido hasta ahora 750 nuevos residentes bajacalifornianos. Aún faltarían de iniciar su regularización 3 mil migrantes más.
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