Cultura

Hoy, hace 500 años, los españoles huyeron del asedio mexica en la Noche Triste

En entrevista, Eduardo Matos Moctezuma, arqueólogo emérito del INAH y Premio Crónica, expone las certezas y los mitos que ocurrieron alrededor del acontecimiento histórico. No hay evidencia de que Cortés lloró en el Árbol de la Noche Triste, señala.

La batalla de Otumba
La batalla de Otumba La batalla de Otumba (La Crónica de Hoy)

Ésas son algunos planteamientos que comparte en entrevista el arqueólogo y Premio Crónica, Eduardo Matos Moctezuma (Ciudad de México, 1940), a propósito de la huida que emprendieron los peninsulares ante el asedio mexica el 30 de junio de 1520.

“Se dice que Cortés le pidió a Moctezuma, quien estaba prisionero en el palacio junto con el gobernante de Tlatelolco, que se asomara y tratara de calmar a las huestes mexicas, entonces Moctezuma fue obligado a hacerlo”, detalla Matos Moctezuma.

En Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Bernal Díaz del Castillo narra que cuando Moctezuma se asomó, le aventaron piedras con hondas y éste fue herido de muerte.

“Hay alguna fuente indígena que dice que no fue así. En primer lugar, el pueblo mexica ya había elegido a otro tlatoani. Cuando Moctezuma se asomó, él sabía que ya no era el tlatoani de Tenochtitlan, que eligieron a su hermano Cuitláhuac quien ahora quedaba al mando del ejército mexica”, señala.

Matos Moctezuma expresa que él se inclina por la versión indígena.

“Cortés al darse cuenta que Moctezuma no pudo aplacar a las fuerzas mexicas, sobre todo porque ya hay otro gobernante al frente, ya no le era de utilidad, se convertía en un estorbo porque para ese momento están planeando la huida de Tenochtitlan pues vieron que no soportarían el embate mexica. Entonces, aparentemente mataron a Moctezuma. Se dice que el cuerpo junto con el señor de Tlatelolco lo arrojaron por unos canales. En fin, el hecho es que se deshicieron de Moctezuma”, indica.

La huida de los españoles fue sigilosa y por la noche, agrega el investigador emérito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

“La retaguardia estuvo a cargo de un joven capitán, Juan Velázquez de León. El ejército salió en la noche, pero fueron descubiertos, se dio el grito de alarma y de inmediato las fuerzas mexicas se agruparon y empezaron a acosar al ejército español”, narra.

Los españoles trataron de huir por la calzada de Tacuba, la cual estaba hecha en tramos, es decir, había partes de tierra firme y puentes.

“Así que en un momento dado si se removían esos puentes ya no podían seguir avanzando. Finalmente, lograron escapar quienes iban hasta adelante. Cortés llegó con los sobrevivientes ahí por el llamado Árbol de la Noche Triste. El mismo Bernal Díaz menciona que al saber la suerte que habían corrido sus tropas, Cortés derramó algunas lágrimas”, señala Matos Moctezuma.

Después, el asedio continuó hasta que los españoles llegaron a Tlaxcala, donde Cortés mandó a construir bergantines.

“Mandó traer de Veracruz los aparejos de las naves. Las naves no habían sido quemadas, las encalló Cortés. Entonces, mandó atraer estos utillajes que tenían las naves para usarlos en los bergantines y a partir de esa nueva posición, los españoles avanzaron finalmente sobre Tenochtitlan y Tlatelolco”, detalla el arqueólogo.

“No eran 800 españoles, eran grupos guerreros tlaxcaltecas y de Cempoala al que luego se le unieron otros grupos y formaron un ejército de 70 mil u 80 mil. Entonces, no era nada más un grupito de españoles, eran dos ejércitos fuertes que iban a enfrentarse”, indica.

—¿Es cierto que los españoles huyeron de Tenochtitlan por hambre?

—Al estar asediados no tenían un abastecimiento externo, pero también el ataque indígena era bastante fuerte. Ahí sucedieron varias causas, entre ellas, el hambre.

Otra causa es la psicológica, es decir, el ambiente que había entre los dos grupos contendientes, agrega.

“También tenemos la causa económica ¿por qué logró Cortes que lo apoyaran los pueblos indígenas? porque Tenochtitlan los tenía sojuzgados, es decir, ponía un tributo muy fuerte, y antes de la llegada de los españoles algunos de esos pueblos se habían levantado en contra del mexica para tratar de ya no pagar el tributo”, detalla.

Otro motivo de la caída de Tenochtitlan, agrega, fue la estrategia y el armamento. “La estrategia indígena era tratar de matar al enemigo y de conseguir un buen número de prisioneros para ofrendarlo a los dioses; en cambio, la estrategia española era matar al mayor número de enemigos”.

Un aspecto más sucede desde el hostigamiento en el Palacio de Axayácatl: la viruela, enfermedad por la cual murió Cuitláhuac.

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