Cultura

Hoy la realidad se parece más a una caricatura: Darío Castillejos

Entrevista * Presenta su libro Impresiones de un mundo desdibujado, que reúne parte de su trabajo hecho del año 2000 a la fecha. Sobre las metáforas dice que "me gustaría explotarlas más, hacer más poesía en el cartón, es el reto de todos los que nos dedicamos a esto"

El actor mexicano Gael García Bernal.
El actor mexicano Gael García Bernal. El actor mexicano Gael García Bernal. (La Crónica de Hoy)

La caricatura inicia cuando las personas se tropiezan dos veces con la misma piedra, cuando se repite la intolerancia a la crítica o cuando hay vicios políticos, la caricatura agita la conciencia crítica de los lectores y a través del humor, deforma y exagera la realidad, “aunque curiosamente hoy la realidad se parece más a una caricatura”, señala Darío Castillejos (Oaxaca, 1974), cartonista que reúne en el reciente libro Impresiones de un mundo desdibujado, parte de su trabajo hecho del año 2000 a la fecha.

“Es válido tropezarse con la piedra dos veces, pero a veces nos enamoramos de la piedra, somos seres que constantemente repetimos ese tipo de cuestiones, por ejemplo, la intolerancia a la crítica. Si miras cartones de los años 70 del siglo pasado, te darás cuenta que aún son vigentes, de repente ves un cartón de Naranjo, de un político que se vuelve cacique y que en su panza tiene todas las tierras mientras le pregunta algo a un personaje esquelético y que la única tierra que tiene es la que está en sus uñas. Los caricaturistas echamos mano de ese tipo de vicios”, comenta.

El libro editado por Almadía, se divide en 6 capítulos: el mundo, injusticia y violencia, libertad y censura, dinero y crisis, sociedad y fama y cultura. En la obra, Darío Castillejos aborda temas recientes como la guerra en Irak, la intolerancia a los migrantes en Estados Unidos, la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el asesinato de periodistas mexicanos y la carestía de la canasta básica de alimentos.

—Una caricatura no sólo es exagerar los errores y defectos de políticos, también de la sociedad…

—Sí, recurrimos a los estereotipos, no necesitamos hablar del poder retratando a un funcionario, si quiero hablar del abuso del poder en México no debe estar el presidente, puedo recurrir al estereotipo del hombre poderoso, del obeso que se ríe y pisotea a los ciudadanos. Si le pregunto a alguien ¿cómo imaginas al pueblo de México? muchos lo describirían como alguien famélico, flaquito, ojeroso, chimuelo porque ese estereotipo lo identificamos todos.

“Si te dijera pinta a un ciudadano oaxaqueño, no lo pondría rozagante, porque Oaxaca tiene una situación de pobreza evidente, ahí es donde usamos esos estereotipos. Un día me hablaron para pedirme que hiciera una campaña para dignificar la imagen del policía, pero esa misma persona me dijo que era algo imposible quitar la imagen del mordelón y corrupto. Desafortunadamente estos estereotipos colocan como iguales a todas las personas”.

Sobre el proceso creativo, Castillejos platica que busca los temas más sonados, lo que hoy sería el trending topic. “Los caricaturistas trabajamos a la antigüita, leemos todos los periódicos…me acuerdo que cuando empezaba iba a los quioscos y a las hemerotecas, hoy a través del internet es más fácil, reviso las versiones digitales de los periódicos”.

Así, añade, puede estar al tanto de lo que sucede en México y en el mundo, “de ahí empezamos a seleccionar ciertos problemas que son tendencia y pasarlo por nuestro filtro: la lente del humor que deforma y exagera la realidad, aunque curiosamente hoy la realidad se parece más una caricatura”.

“Son una especie de homenaje irreverente, con mucho aprecio y respeto, porque la caricatura es deformar, hacer una crítica, evidenciar vicios y en otros casos, es una cuestión de homenaje, por ejemplo, en el cartón de Macedonio Alcalá, lo hice porque su historia es como la de muchos oaxaqueños, de superación, de escasez, la historia misma nos dice que esa es la realidad constante, pero el talento emergiendo de toda esa escasez es algo que admiro y reconozco”.

En el cartón, se mira a Alcalá tocando seguramente Dios nunca muere, junto a su cama con tres monedas. “La vida de Alcalá, de talento en medio de la pobreza, son historias que se repiten mucho en Oaxaca, por ejemplo, los niños triquis que juegan descalzos el basquetball. Son historias que me han marcado”.

—¿Qué opinas de los memes?

—Hay caricaturistas a los que no les gustan, dicen que ya cualquiera se siente gracioso y que puede hacer un chiste, pero no comparto esa opinión, pienso que son un vehículo más. Las redes me encantan porque dan oportunidad a todos, situación que antes no sucedía. Los caricaturistas decíamos que podíamos dar voz a los que no tienen, hoy creo que más gente tiene voz a través de las redes sociales porque pueden documentar un abuso de poder y pueden hacer un meme para hacer críticas.

“Creo que eso fortalece la función que tiene la caricatura: agitar la conciencia crítica. En lo personal, disfruto mucho los memes, algunos dicen que son competencia, pero son diferentes, desde el proceso creativo hasta la resolución del cartón, desde el público al que va dirigido. El meme es más exprés, es como la comida rápida de la gráfica, es echarte una dona o una hamburguesa y lo caricatura es más gourmet porque, en mi caso, trato de que se disfrute la imagen”.

—¿Qué técnicas utilizas?

—Sigo a la vieja usanza: tinta china, papel, acuarelas, acrílicos, óleos y en algunos cartones que están en el libro, usé lo digital. Estoy en la transición de no todo digital, pero me inclino por la vieja usanza.

—¿Te consideras un creador que explota al máximo las metáforas?

—Me gustaría explotarlas más, hacer más poesía en el cartón, es el reto de todos los que nos dedicamos a esto.

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