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Instala el CICESE su primera boya para realizar estudios oceanográficos

Está en el Océano Pacífico, frente a las Islas de Todos Santos, y con ésta se inicia un periodo de pruebas con otras cinco, como parte de una red de observatorios que se ubicará en el Golfo de México

Científicos instalan una boya oceanográfica en el mar
Científicos instalan una boya oceanográfica en el mar Científicos instalan una boya oceanográfica en el mar (La Crónica de Hoy)

La primera boya oceanográfica y de meteorología marina (BOMM), construida completamente en el CICESE y dotada con un módulo de electrónica, se instaló en el Océano Pacífico, en las inmediaciones de las islas Todos Santos.

De esta manera, dice la institución en un comunicado, se inició un periodo de pruebas que se extenderá hasta marzo de 2018, y que servirá para evaluar el funcionamiento de cinco boyas más que serán ensambladas en la primera mitad de ese año. El sitio de pruebas se pretende señalizar como un punto de observación oceanográfica permanente.

El doctor Reginaldo Durazo, investigador de la Facultad de Ciencias Marinas de la UABC y participante del Consorcio de Investigación del golfo de México (CIGOM), añadió que estas megaboyas, junto con otras ocho de menor tamaño conocidas como boyas oceanográficas costeras —BOC—, también construidas en el CICESE, forman parte de una red de observatorios marinos que se instalará en el Golfo de México dentro del proyecto de investigación que forma parte de este consorcio, cuyo líder es Francisco J. Ocampo Torres, investigador del CICESE.

EQUIPO. Las BOMM son boyas que miden 14 metros de longitud total. En la parte sumergida estas estructuras tienen acoplados diferentes sensores para detectar variables ambientales como  temperatura y salinidad, oxígeno disuelto, pH, presión parcial de CO2 en el agua, espectro direccional del oleaje y corrientes, entre otros.

En la parte emergida (seca) cuenta con una estación meteorológica y un anemómetro sónico, además del sensor de CO2. El sistema es totalmente autónomo y de larga vida ya que continuamente recarga baterías por medio de paneles solares y un generador eólico. En total se construyeron seis BOMM en el taller de Metalmecánica del CICESE (ver nota).

En este centro de investigación también se desarrolló el módulo de electrónica que hace operables todos los sistemas. Reginaldo Durazo explicó que este módulo consiste por un lado de un cilindro de unos 30 centímetros de diámetro que contiene discos duros, la computadora de a bordo y el sistema de comunicación satelital, y por otro una caja unión donde se reciben los cables que conectan todos los sensores con la electrónica. Se trata de un desarrollo que será patentado en breve y que abarca el diseño, la programación, la configuración de los sensores, el almacenamiento de la información, el diagnóstico de funcionamiento, estado de salud de las baterías, etc.

La boya está diseñada para soportar velocidades de la corriente de 1 o 2 metros por segundo, velocidades típicas en el Golfo de México, explicó Durazo. Ya está funcionando y transmitiendo datos cada hora.

Pero no son las únicas boyas que se estarán usando. Se utilizarán también hasta 8 BOC que, por su menor tamaño, son ideales para ser colocadas más cercanas a la costa en el Golfo de México. De hecho, el plan original contemplaba instalar 10, y las primeras ya se habían colocado allá. “Tuvimos problemas serios de vandalismo. Una de ellas duró menos de un día. Le extrajeron las celdas solares, rompieron el cilindro de electrónica, se inundó, se echó a perder el disco duro de electrónica, todo. En otras hasta los sensores se llevaron. Las boyas que habían sido ya instaladas en el Golfo de México se retiraron y están siendo restauradas”.

Al igual que con las BOMM frente a las islas Todos Santos, se tiene contemplado periodos de prueba de todas las BOC frente a Punta Morro. Como son más pequeñas, “las podríamos transportar en una embarcación menor. Pasarían un periodo de pruebas transmitiendo datos antes de removerla y colocar la siguiente, y así sucesivamente. La meta es tener dos puntos de pruebas permanentes en Ensenada: uno en las islas de Todos Santos y otro frente a Punta Morro, previo a la transportación de los sistemas hacia el golfo”.

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