
Colibrí es un proyecto para instalar un telescopio robótico óptico de 1.3 metros de diámetro en el Observatorio Astronómico Nacional en San Pedro Mártir.
El telescopio tendrá la capacidad de enfocar en menos de 30 segundos —a partir de que recibe una señal satelital— hacia el objeto que debe observar, priorizando los destellos de rayos gamma, las explosiones más poderosas del universo.
Elena Jiménez Bailón, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM, campus Ensenada, y coordinadora de infraestructura del proyecto Colibrí, destacó que la principal ventaja del telescopio será su velocidad para apuntar hacia la región del cielo de donde provengan los destellos de rayos gamma, que brillan en altas energías tan sólo unos segundos.
“La región aproximada desde la que se produce la emisión de rayos gamma es enviada desde un telescopio espacial. Colibrí va a conseguir apuntar a la fuente en menos de 30 segundos desde que recibimos la alerta del telescopio espacial, esto implica importantes retos para el proyecto, no solo mecánicos sino también, por ejemplo, a nivel de software: existe un equipo de expertos trabajando en algoritmos para que podamos llegar a captar la contrapartida óptica e infrarroja del destello de rayos gamma en menos de dos minutos, desde que es detectado por el satélite”, explicó.
Apuntó que el satélite tendrá dos detectores de rayos gamma, uno de rayos X y uno óptico, que le darán la capacidad de observar todo tipo de objetos que varían en su flujo de luz, como supernovas y núcleos galácticos activos; el telescopio podrá proporcionar imagen en el óptico y en el infrarrojo de la contraparte, que brilla generalmente por al menos unas horas, e incluso llega a extenderse por algunos días o semanas.
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