
En 1931, Wassily Kandinsky llegó a México a través de Los cuatro azules, exposición en la que compartió espacio con Feininger, Jawlensky y Paul Klee, ahora, 87 años después, por primera vez, el pintor ruso tendrá su primera exhibición individual en territorio nacional: Kandinsky. Pequeños mundos.
La muestra, que está en el Museo del Palacio de Bellas Artes, exhibe 27 pinturas, acuarelas, cerca de 30 grabados, 2 dibujos, así como dos dibujos y documentos, con los que se podrán conocer los inicios de Kandinsky con el arte popular hasta la generación de abstracción y geometría.
“La creación de la obra de arte es la creación del mundo” sostenía Kandisnky, forma de pensar que se refleja en la exposición dividida en cinco núcleos: “Raíces rusas”, “La inundación del color” “Sinfonías de Moscú”, “Abstracción geométrica” y “Microcosmos”.
Miguel Fernández Félix, director del Museo del Palacio de Bellas Artes (MPBA), indicó que la idea de una exposición sobre Kandinsky surgió después de Vanguardia rusa, muestra que estuvo en el mismo recinto museístico desde finales de 2015 y hasta 2016.
Según recordó Fernández Félix, el artista ruso llegó a México cuando Francisco Díaz de León y Gabriel Fernández Ledesma, apoyados por artistas como Diego Rivera, decidieron traer la exposición Los cuatro azules, el 24 de noviembre de 1931; sin embargo, el autor de Composición VIII no había tenido una exhibición individual.
Kandisnky. Pequeños mundos, que requirió una inversión de 12 millones de pesos, comienza con “Raíces rusas”, en la que gracias a los viajes etnográficos que realizó, aumentó su interés por el arte popular ruso, apreciable en pinturas como Canción,
La pieza mencionada está inspirada en la canción Canto de los remeros del (Río)Volga, se caracteriza por los colores de los objetos populares que son considerados como los cimientos de lo que se convirtió en abstracción.
En “La inundación del color”, sección enfocada a la producción artística que Kandinsky tuvo entre 1898 y 1914, intervalo en el que produjo Improvisación 7, catalogada como una pintura de suma importancia porque es el ejemplo de cómo en aquel tiempo, el artista estaba enfocado en la abstracción.
Si bien Kandinsky se caracterizó por ser un artista nómada, en la tercera sección, “Sinfonías de Moscú”, hubo un cambio de su expresionismo al arte pregeométrico-abstracto, aunado a ello, hubo factores como la música, que lo hicieron cambiar, sobre todo a partir de escuchar una ópera de Wagner, compositor que a su vez lo condujo a otros como Músorgski o Schoenberg.
“En la tercera sección es donde se ve la transición del expresionismo alemán hasta la abstracción geométrica, en donde es invitado por Walter Gropius”, explicó Fernández Félix.
Si bien Gropius, fundador de la Escuela de la Bauhaus, invitó a Kandinsky para que fuera profesor de pintura mural, la relación con dicha institución no terminaría ahí, pues en 1931, fue invitado por la misma escuela para que creara un espacio en la Feria de Arquitectura de Berlín.
“El mural se desintegró en su momento, ahora sólo se encuentra una reproducción en Estrasburgo, Francia”, señaló el director del MPBA, y la muestra cierra con una recreación de dicho espacio: El salón de la música.
La exposición contó con el trabajo curatorial de Javier de la Riva, quien indicó que la muestra busca, entre otras cosas, “desmitificar la idea del camino hacia la abstracción como un camino progresivo y lineal; en Kandinsky hubo un ir y venir entre lo abstracto y lo figurativo”.
Las piezas y documentos de la exposición provienen de siete museos de Estados Unidos, Francia y Rusia, lo cual calificó De la Riva como un reto, pues la idea era “poder juntar un cuerpo de obra que permitiera ver la diversidad estilística de Kandinsky, porque su característica nómada hizo que sus piezas estén repartidas en ambos lados del Atlántico, en distintas colecciones”.
En su oportunidad, Lidia Camacho, directora del INBA, calificó a la muestra como una panorámica de lo que fue la producción artística de Kandinsky, “un creador que logró liberarse de todas las ataduras de su tiempo, justo ahí radica su importancia, pues se convirtió en pionero y propulsor de uno de los paradigmas de la modernidad, que es la abstracción”.
La funcionaria agregó que Kandinsky. Pequeños mundos, “de alguna manera cierra un ciclo de exposiciones internacionales museísticas, en donde hemos tenido y podido ofrecerle al público mexicano una muestra de lo más importante del arte universal”. Asimismo, dijo que esperan que El salón de la música pueda recorrer diferentes partes del país.
► Kandinsky. Pequeños mundos estará en el Museo del Palacio de Bellas Artes, hasta el 27 de enero de 2019, de martes a domingo, de 10:00 horas a 17:30 horas. Entrada $60, aplican descuentos.
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