Búsqueda
Jóvenes, mujeres adultas, transexuales, niños y adolescentes son víctimas de explotación sexual en calles de la delegación Cuauhtémoc desde hace décadas y, pese a los operativos, el delito no se ha erradicado, evidenciaron testimonios.
Crónica consultó a víctimas y defensoras para hacer un mapa de las calles de la delegación Cuauhtémoc donde se presenta este delito.
De acuerdo con lo expuesto en testimonios, los niños y adolescentes -tanto hombres como mujeres- son explotados sexualmente en las calles: Eje 1 Norte, Niza [Zona Rosa], en Paseo de la Reforma [detrás de la Seido] y en Marina Nacional [cerca de Plaza Galerías].
Los transexuales, transgénero y travestis son prostituidos en San Antonio Abad hasta Xola. En las calles detrás de la avenida Tlalpan hay casas de citas en las que sólo se ingresa con una clave.
Según los testimonios recabados por este diario, es común observar camionetas y carros lujosos, por lo que la prostitución es para los clientes de mayores recursos.
Las mujeres jóvenes y adultas son prostituidas en Sullivan y la Merced. La mayoría de ellas trabaja en los dos lugares: un turno en la mañana y otro en la tarde. Algunas de ellas también se ubican en Tlalpan.
Los testimonios fueron dados por tres mujeres que se dedicaron a la prostitución, así también colaboró Rosi Orozco, presidenta de la Comisión Unidos Vs Trata de Personas.
Todas las víctimas son vigiladas las 24 horas, incluso, cuando ofrecen un servicio sexual son monitoreadas.
Orozco reveló que las víctimas suelen tener problemas con los riñones, debido a que no se les permite ni siquiera ir al baño.
Los tratantes obtienen hasta 8 mil pesos por víctima todos los días, incluso, reciben dólares por los turistas extranjeros.
Claudia explicó que los propios limpia parabrisas son cómplices de la red de trata. Ellos son los responsables de enganchar a los clientes con las víctimas a cambio de 10 pesos.
Claudia indicó que niños y adolescentes son obligados por padrotes para dar servicios sexuales desde 30 pesos.
Explicó que los policías sí recorren la zona con patrullas, pero sólo pasan para recibir el soborno de las madrotas.
Al día, una mujer que es explotada recibe hasta 8 mil pesos; de esta cantidad, no recibe absolutamente nada. Todo va a los bolsillos de los tratantes.
Contó que las chicas que van por voluntad propia a pararse en la esquina son llamadas “borregas” y son retiradas de ahí por las propias víctimas, padrotes y madrotas para evitar que obtengan algún tipo de información del negocio.
Durante estos años recibió golpes y maltratos. Intentó escapar en dos ocasiones y, en una de ellas, fue sorprendida por sus tratantes; el castigo fue aún peor.
Vio pasar a decenas de jóvenes; algunas de ellas todavía permanecen ahí, lo que significa que la trata de personas continúa, pese a los operativos de las autoridades.
“La calle está tal cual. A veces pienso que así me veía yo, como ellas”, narró la mujer, quien ahora continúa en un proceso de recuperación.
-¿Por qué crees que no se acaba este negocio?- se le preguntó.
-Nadie hace nada porque les conviene. Todos reciben un beneficio- respondió.
Copyright © 2016 La Crónica de Hoy .