Cultura

La esculturas prehispánicas de Cantona exaltan virilidad reproductiva

Es una de las primeras interpretaciones del arqueólogo Jesús E. Sánchez, tras analizar 61 estatuas, en su mayoría cabezas y falos. Presenta La escultura en piedra de la ciudad arqueológica de Cantona…

Falos prehispánicos
Falos prehispánicos Falos prehispánicos (La Crónica de Hoy)

La descripción por primera vez de cómo es la escultura de Cantona, zona arqueológica ubicada al noroeste de Puebla y considerada la más extensa de Mesoamérica por sus 15 kilómetros de ocupación, así como la hipótesis de que en esa antigua urbe las representaciones en estatuas más relevantes fueron falos que simbolizaban la virilidad en el ciclo biológico, y cabezas deformes que representaban las cabezas de los jugadores de pelota después del juego, son temas que se abordan en el libro La escultura en piedra de la ciudad arqueológica de Cantona, Puebla. Volumen I. Estatuas.

“Así como en Mesoamérica se rindió gran culto a la fertilidad femenina con figurillas de mujeres con sus atributos muy exaltados, en Cantona se exaltó la virilidad, desde el punto de vista de lo que aporta el hombre a la reproducción biológica. Pero muchos de los falos hallados no sólo son antropomorfos sino zoomorfos, son representaciones de falos de felinos, específicamente del puma, porque en esa región había pumas durante la época prehispánica”, señala Jesús E. Sánchez, autor del libro.

El también investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) analizó 61 estatuas halladas en Cantona, de las cuales en su mayoría corresponden a cabezas y falos, siendo estas últimas las que se localizaron completas.

Una de las primeras interpretaciones que realiza Jesús E. Sánchez, sin que éstas sean concluyentes, ya que señala que se necesitan hacer análisis del contexto, es que los falos tienen implicaciones sexuales y de carácter económico.

“Las relaciones de parentesco son fundamentales en toda la historia de la humanidad, es a través de ellas que se ejercen presiones, cohesiones y que los sistemas políticos se afianzan. Dentro de los sistemas de parentesco hay algo que podemos llamar el patriarcado o matriarcado, entonces producir tal cantidad de esculturas fálicas implica una situación patriarcal vinculada a la reproducción biológica, lo que aportan los hombres para la fertilidad”, destaca el especialista.

“Hay que preguntarnos si los cantoneses están representándose a sí mismos, lo cual es difícil de creer porque entonces tenían deformidades y no hay huellas craneales de ello. Planteo que debió tratarse de personajes retratados después de un accidente, de un castigo o a lo mejor resultado del juego de pelota después de un encuentro. Son planteamientos hipotéticos que aún tenemos que rechazar o afirmar, porque debemos estudiar sus asociaciones a la arquitectura y a otras esculturas”, indica Jesús E. Sánchez.

En el libro editado por el INAH, el arqueólogo explica que redefinió el concepto de estilo, porque hay objetos producidos por una sociedad que se parece a la de otra, por ello definió al estilo como el objeto que una sociedad produce y que es reproducido o copiado por otra cultura.

En el caso de Cantona, hallaron en las estatuas tres estilos: huasteco, mezcala y chichimeca, y este último les ha generado una nueva línea de investigación. “Hay una estatua en Cantona muy parecida a las que se produjeron en la parte del Bajío y occidente de México, más o menos contemporáneos al desarrollo de Cantona, del 100 d.C. al 750 d.C. Es decir, hay estatuas estilo chichimeca, pero es muy probable que esa escultura sea estilo cantonesa porque existió una fuerte relación de parentesco con los chichimecas”.

¿Qué definiría al estilo de Cantona?, se le pregunta. “Es el mismo que se encontrará en 950 d.C., en Tula: la cabeza y orejas rectangulares, con peinados de bandas y los moños atados en la cabeza”, responde.

“No hemos aprendido los arqueólogos a estudiar la escultura como se debería hacer, lo hacemos con bases de la historia del arte y no con una visión arqueológica. Desde mi punto de vista hay una gran diferencia entre analizar un objeto artístico y una escultura como manifestación arqueológica. A la arqueología le interesa ese objeto artístico por su contenido ideológico, pero antes de ser una obra de arte, que por su puesto la es, es un producto que los seres humanos usaron para difundir su ideología religiosa, política, económica”.

Para hacer el estudio, el arqueólogo hizo un análisis de 690 esculturas localizadas hasta el año 2000 en Cantona, y los resultados se irán publicando en futuros volúmenes.

“Entonces tuvimos que introducirnos a la construcción de un modelo taxonómico útil tanto para la escultura como para artefactos líticos, cerámicos, objetos prehispánicos en general y a objetos actuales. Por ejemplo, en las estatuas está la familia de las antropomorfas, híbridas y zoomorfas y dentro de éstas hay otra dimensión, fragmentos o una parte específica del cuerpo, dependiendo de si es fragmento o una cabeza aislada pensada así por el artista que la fabricó”.

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