
Si queremos decir que la Guerra de Independencia de México fue una revolución popular, sus orígenes no están en las ideas de la Revolución Francesa, pero sí en los pensamientos de la primera revolución de América Latina: la abolición de la esclavitud en la colonia francesa Saint-Domingue, hoy Haití. Así lo considera Luis Fernando Granados en su reciente libro En el espejo haitiano. Los indios del bajío y el colapso del orden colonial en América Latina.
“Lo que intento es distinguir entre revolución popular y movimiento político por la independencia, en general, este último fue liderado por criollos, señoritos y gente que era parte privilegiada de la sociedad de América Latina. Ellos hicieron la Independencia, pero la hicieron montados sobre una serie de movimientos revolucionarios populares que no buscaban necesariamente la independencia”, detalla el escritor.
Los sectores marginados del siglo XIX hoy denominados como “el pueblo”, explica, sólo querían transformar el modo en que se distribuía la propiedad, la forma de valorar el trabajo y querían evitar la discriminación.
“En el libro expongo que la Nueva España de 1810 está vinculada con Haití, país que en 1804 concluyó la revolución de los esclavos de origen africano, hecha de manera autónoma, casi sin influencia de la Revolución Francesa. Esa primera revolución de América podría hacernos ver de manera más fácil otros movimientos que hoy no les decimos revolucionarios”, comenta.
Sobre por qué el modelo francés no concuerda con la Independencia mexicana, el historiador explica que hoy para entender cualquier revolución es necesario un documento fundador, por ejemplo, la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano o el Plan de San Luis de Francisco I. Madero.
El libro, editado por ERA, se presentará el 20 de febrero a las 12:00 horas en el Auditorio Bernardo Quintana de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.
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