Entre pastores, ancianos y obispos protestantes predomina una aparente intensión de marcar distancia o desentenderse en torno a la visita del papa Francisco a México. Se escapan acaso, algunos reproches…
“Ni nos hace bien, ni nos hace mal”, resume Antonio Oronzor Huerta, pastor del Centro de Oración y Alabanza, una fraternidad evangélica que opera en la Ciudad de México con el registro SGAR-487-93.
“Ni amigo ni enemigo”, es la postura de Victórico Hernández, anciano de los Testigos de Jehová desde hace 25 años y hoy líder de la congregación Filadelfia, una de las más robustas en la ciudad.
De ambos, sólo algunas audacias que luego habrán de contarse…
Más camaradería refleja la voz de Leonel Moreno, presidente de estaca en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, mejor conocida como Mormona: “Mi deseo es que nuestro pueblo escuche con respeto los mensajes del Papa Francisco. No existe discordia con él ni la existirá nunca”.
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