
La naranja mecánica (1971), de Stanley Kubrick, es una de las películas más controversiales de la historia. En países europeos como Inglaterra y España, fue censurada debido a que se consideró que tenía un exceso de violencia sexual. En España llegó a estrenarse hasta 1975; sin embargo, en Inglaterra, el mismo Kubrick pidió a la productora Warner Bros. que retirara la película pues en un momento dado se encontró bajo mucha presión, llegando incluso a recibir amenazas de muerte hacia él y su familia.
Pronto se convirtió en una película de culto. Marcó a una generación de jóvenes argentinos que durante la dictadura tuvieron que viajar a Uruguay a ver el estreno de esta cinta en 1971, entre esos chicos se encontraba el ahora director teatral argentino Manuel González Gil, quien de la mano del productor Sergio Gabriel estrenará una versión teatral de aquel filme, en el Teatro Sogem Wilberto Cantón.
“Tengo un gran fanatismo por Kubrick, y la primera oportunidad que tuve fue en Buenos Aires, Argentina, fue un estreno mundial que revolucionó a toda la audiencia. Sabía que debía traerla a México, esta historia se hizo pensando en un futuro, pero creo que ha superado por mucho en cuestión de tiempo, la historia siento que quedó vieja casi a los diez años de lanzamiento. La tecnología nos ha revesado y salvando esta misma idea de Kubrick, no sé si es hablar de un futuro, pero sí de un presente”, externó el director en entrevista con Crónica.
Agregó, “no quiero que suceda en un país o lugar determinado, sólo tiene que pasar, eso me resulta verdaderamente inquietante; hay muchos anacronismos en la puesta como para que te bases en un futuro, no van a saber en qué tiempo está transcurriendo. Para mí era fundamental rescatar eso del material original”.
La actuación estará a cargo de Leo Delugio, Carlos Fonseca, Erik Díaz, Alfredo Gatica, Kevin Holt, Antonio Alcántara, Flor De Beauve, y Solkin Ruz, quienes nos contarán la historia en la que el personaje de Alex, después de haber cometido innumerables y aberrantes delitos con su banda denominada Los drugos, es sometido al “Método Ludovico” un experimento implementado por el Estado, que combina, bajo tortura, condicionamientos involucrados con sustancias tóxicas.
“El montaje es un lenguaje teatral, por lo que no tenemos los mismos recursos que usó Kubrick para contar la película, pero esa visión del cine, la tenemos en la imaginación de la gente”, expresó el actor, Erik Díaz.
Mientras que para Holt es “una sinergia que se entrega entre el actor y el público, todo está pasando en vivo y es algo que no (viene) de ninguna pantalla, hay escenas donde se incluye al público. El teatro está vivo, y cada función será distinta; estamos en un espacio íntimo donde el texto se lee de una forma más enriquecedora y aterradora”.
Una historia que regresa cincuenta años después, lleno de metáforas que, hasta la fecha, siguen sin tener una respuesta y es lo que la vuelve interesante, la incertidumbre de todo lo que envuelve esa historia, y que los actores y el director, relacionan hasta cierto punto con la sociedad que actualmente está envuelta en violencia e inseguridad.
La temporada arranca este 4 de abril y aún no se sabe se sabe hasta cuándo estarán en dicho teatro. “Nos gustan las producciones largas y quiero ir a todos lados con esta propuesta. Son historias que deben contarse y que tendrá inquietantes cuestiones a preguntar, creo que se adapta perfecto a los tiempos que estamos viviendo. La historia guarda tremendas similitudes con el presente”, finalizó.
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