Opinión

La nueva estructura de la SEP

Ulises Lara López, el vocero de la FGR
Ulises Lara López, el vocero de la FGR Ulises Lara López, el vocero de la FGR (La Crónica de Hoy)

Aunque se venían dando a conocer las disposiciones generales de austeridad que habrían de aplicarse durante la gestión del Presidente electo, en particular en la disminución de estructuras orgánicas y presupuestos, en la Secretaría de Educación Pública, el futuro titular Esteban Moctezuma había hablado de eliminar dos de las cinco subsecretarías, considerando como una de ellas, la gigantesca unidad responsable de atender la educación básica en la Ciudad de México.

El día de ayer nos enteramos de los nombramientos de parte del equipo de la SEP, entre los que destaca el cargo de la Dra. Raquel Sosa como rectora del Sistema de Universidades Públicas Benito Juárez. En mi opinión, el proyecto de futuro más importante de Andrés Manuel López Obrador, pues se trata de darle acceso a la mayoría de los jóvenes del país que deseen estudiar una carrera universitaria. Lo anterior equivale a la cruzada de alfabetización emprendida durante el gobierno cardenista, pues se tendrían que crear 300 establecimientos educativos de nivel superior, público y gratuito, distribuidos a lo largo y ancho del territorio, teniendo como prioridad a las regiones con mayor marginalidad. Y hablamos no sólo de las zonas deprimidas por la pobreza sino también las históricamente marginadas del desarrollo económico, social y político de México. Se proponen llevar universidades a la región de las tres Mixtecas, a los Altos de Chiapas, a las Huastecas, a la Montaña de Guerrero, a las zonas áridas de San Luis Potosí, entre otras. Por supuesto, no pueden quedar fuera las grandes zonas metropolitanas de las principales ciudades y capitales en los estados y la megalópolis que integramos con el Estado de México e Hidalgo.

Es un verdadero proyectil disparado al mañana porque representa la oportunidad histórica de contar con la mayor cantidad de recursos humanos calificados y comprometidos con el desarrollo de la nación. Son los que harán posible la idea de convertirnos en una potencia regional en lo económico, social y cultural, pero no como un punto de llegada sino como una tarea permanente. Sin duda,  para cumplir con esta misión, el sistema actual de instituciones de educación superior habrá de ser un soporte importante, en particular las más prestigiadas y reconocidas como la UNAM y el IPN. En este nuevo espacio con visión estratégica, Luciano Concheiro tendrá un papel relevante, ya que además de ser designado para coordinar este nivel educativo, tiene la cualidad de ser uno de los iniciadores de estudios prospectivos en México.

 La otra decisión de gran trascendencia, es entregar al gobierno capitalino la estructura federal dedicada a la educación básica. Con esta acción quedó evidenciado que bastaba un acto de voluntad política para que la Ciudad de México administrara los cerca de tres mil planteles de primaria, secundaria y educación especial. Estoy convencido que la relación académica y personal construida desde el Movimiento Estudiantil del 68 y sus resonancias entre Gilberto Guevara Niebla, nombrado como subsecretario en Equidad para la Educación y Rosaura Ruiz designada para la Secretaría de Educación de la CDMX, será una gran alianza en favor de los habitantes de la megalópolis.

Juan Pablo Arroyo desarrolló un importante trabajo en la formación docente del nivel medio superior durante la administración que está concluyendo. Ahora es invitado a trabajar en la Educación Tecnológica y el reto que enfrenta empieza por superar los magros resultados de la educación dual impulsada desde sexenios pasados y atender la expectativa propuesta por el Presidente Electo de crear una política nacional para dotar de formación técnica a jóvenes dentro de las empresas y continuar con sus estudios en el nivel bachillerato, bajo el lema de “becarios sí, sicarios no”. Cabe señalar que al respecto Andrés Manuel López Obrador reconoció, en la reciente reunión con las asociaciones de ingenieros, que el nivel medio superior enfrenta un grave problema de abandono escolar que, combinado con la edad tipo a la que llamó genéricamente adolescencia, representa un riesgo mayor toda vez que son víctimas propicias de adicciones y grupos delincuenciales. Bajo esta premisa, será necesario impulsar una serie de acciones, dentro de las cuales las becas o apoyos económicos son importantes pero no suficientes para abatir la deserción escolar en el bachillerato. Como lo he señalado en otros artículos, es indispensable generar alternativas efectivas para incorporar a los que abandonaron sus estudios y los concluyan, más ahora cuando se abre un horizonte inédito en la oferta educativa superior con el Sistema de Universidades Públicas Benito Juárez, necesitamos ampliar la cobertura, permanencia y egreso en el nivel medio superior con imaginación, creatividad y aprovechamiento de las tecnologías de la información y la comunicación para lograrlo.

Me parece que la cuarta transformación empieza con la formación de un nuevo ciudadano mexicano que tenga la convicción, la libertad y la seguridad de que el Estado nacional al que pertenece, está comprometido con su futuro. Hemos escuchado y leído que la fórmula secreta para el desarrollo de las naciones está en la educación. Sin embargo, para ser efectiva esta premisa, se necesita un componente insustituible, se llama Soberanía. Empieza por la identidad, por reconocernos como ciudadanos con plenos derechos y capaces de dotarnos de gobiernos que asumen y defienden de dónde proviene su mandato y por lo tanto su legitimidad. En nuestro caso, a diferencia de otras naciones que cuando nacieron soberanas decidieron someter a otros pueblos, nosotros debemos empezar por reconocernos como autónomos y autodependientes para vernos como iguales ante los demás. Si compartimos la idea de ser una potencia, será porque podremos incorporar a los excluidos, a los marginados, a la pluralidad y multiculturalidad que nos define como somos, nunca para someter a nadie. Para lograrlo, necesitamos de una educación basada en estos ideales desde las primera letras hasta el posgrado. Están las ideas y algunas personas, faltan las acciones. Mientras tanto, preparemos nuestra participación en la etapa de consulta anunciada por el futuro titular de la SEP.

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