
¿La Plaza La Aguilita, ubicada entre las calles de Mesones y Misioneros, en el barrio La Merced del Centro Histórico de la Ciudad de México, fue donde nació Tenochtitlan, según lo mencionó Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno, el pasado 30 de septiembre en la conferencia matutina de Andrés Manuel López Obrador?
La respuesta que Salvador Pulido Méndez, titular de la Dirección de Salvamento Arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), es que no existe documento o evidencia científica que lo compruebe.
Hace una semana, durante el anuncio del plan para conmemorar la fundación de la Ciudad de México, los 500 años de la caída de Tenochtitlan y Tlatelolco, y los 200 años de la consumación de la Independencia, Sheinbaum destacó que “la fundación solar” ocurrió en 1325 “en el espacio que hoy conocemos como Plaza La Aguilita”
En ese lugar, continuó, los mexicas veneraron el sitio en donde el águila dio la buscada señal para la fundación de su ciudad.
“Ahí terminó el peregrinar del pueblo del Sol, ahí comenzó una nueva era cósmica que permitió generar un impresionante altépetl, un cerro sobre el agua que, como afirman los cronistas castellanos, nadie había contemplado tal portento de ciudad”, dijo.
Crónica preguntó al especialista Pulido Méndez sobre los trabajos arqueológicos y de investigación hechos en la Plaza La Aguilita.
“Hay tantas leyendas y supuestos, tantos dichos que no están fundados en algo claro. Así como puede ocurrir que sea el barrio de Temazcatitlan porque hay un supuesto temazcal o puede no serlo, alguien dijo que ahí se paró el águila y dio origen a toda esta leyenda”.
-¿Qué tantos estudios se han hecho en La Aguilita?
-No hay ningún documento que diga que esa plaza es justamente la de la fundación de la ciudad. Hay otros documentos que indican que donde está Templo Mayor o por las vecindades o cercanías, es donde vieron el águila devorando la serpiente y ahí fundaron su primer templo.
“Hay otros documentos que se contraponen a la tradición popular urbana ha generado que no desmerece, pero nosotros estamos más propensos a creer en lo que los documentos indican. E incluso, por algo Templo Mayor tiene sus diferentes elementos arquitectónicos y también cabe la posibilidad de que allí haya ocurrido ese suceso. No hay nada claro en realidad”, responde.
La Plaza La Aguilita también es conocida como Plaza Juan José Baz y ahí existe una fuente que en su parte central luce un águila real devorando una serpiente.
De acuerdo con el arqueólogo Víctor Esperón Calleja, en las fuentes documentales como Historia de las Indias de Nueva España e islas de tierra firme, de Fray Diego de Durán, se cuenta que los mexicas fueron de los últimos grupos chichimecas en llegar a la Cuenca de México buscando un lugar donde asentarse.
“Cuentan que Cópil intentó a atacar al grupo mexica debido a que su tío Huitzilopochtli abandonó a su madre durante la migración. Cópil incitó a diferentes pueblos que estaban en las orillas del Lago para acabar con los mexicas y al enterarse del actuar de su sobrino, Huitzilopochtli reunió a los mexicas para que fueran al Cerro de Tetepetzonco y mataran a Cópil”, explicó en el marco del XXV Simposio Román Piña Chan.
La instrucción fue que tomaran a Cópil descuidado, le trujasen el corazón y lo presentaran ante Huitzilopochtli. Esperón Calleja narró que los mexicas siguieron las indicaciones y al momento de presentar el corazón, lo aventaron con “la mayor fuerza” y cayó en “Tlalcocomolco, corazón del cual nació el tunal donde después se edificó la Ciudad de México”.
Esa historia también fue mencionada por la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, el pasado 30 de septiembre, aludiéndola como “un acontecimiento dinástico” que dio “origen a Temazcaltitlán, lugar de temazcales”.
Al respecto, el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, en su libro Mentiras y verdades en la Arqueología Mexicana, dedica páginas a explicar si los mexicas vieron el águila parada sobre el nopal.
“Resulta que al ser expulsados de Chapultepec, los mexicas buscaron protección del poderoso señor de Azcapotzalco, Tezozómoc, quien les asignó tierras en los límites de su territorio, en medio del lago de Texcoco, con la condición de que fueran sus tributarios y servidores. Al parecer esto ocurrió hacia 1325 d.C.”, escribe.
Más adelante, el arqueólogo detalla que la señal de un águila parada sobre un tunal, implica un significado especial ya que el “tunal se vincula con el corazón de Cópil, sobrino de Huitzilopochtli, que es vencido por éste y su corazón arrojado en medio del lago, donde nacerá el nopal”.
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