
México cuenta con un testimonio tangible y esperanzador de un proceso de revolución permanente motivado desde las comunidades Totonacas, entendida la revolución desde su etimología exacta del latín “revolvere”, que quiere decir “rodar hacia atrás”. Una revolución auténtica es un retorno hacia el Ser originario de una cultura.
El trabajo emprendido por Salomón Bazbaz, responsable del centro de artesanías totonacas y creador de Cumbre Tajín en Veracruz, comenzó hace diecisiete años en un punto crítico para la cultura Totonaca. En 1998 los totonacas ya habían optado, mayoritariamente, por migrar a los Estados Unidos, la lengua totonaca se perdía aceleradamente, el centro arqueológico de Tajín era poco visitado y la naturaleza era duramente golpeada a causa de la tala clandestina. En ese punto crítico, Bazbaz fue guiado por el guardián de la tradición de los totonacas, don Juan Simbrón, responsable de preservar la sabiduría ancestral de su cultura que fue transmitida oralmente de generación en generación hasta llegar a él. En lo que los totonacas definen como el llamado de Malana “el gran espíritu”, don Juan se acercó a Bazbaz para informarle acerca de este llamado y este último aceptó, humildemente, la responsabilidad para que juntos emprendieran la primer Cumbre Tajín.
Han pasado ya 17 años y en ella ha participado gente de todo el mundo, desde grupos musicales, activistas, ponentes, académicos, científicos, empresarios, filósofos. Al finalizar las cumbres, las aportaciones de todos los participantes son aprovechadas para el desarrollo de proyectos totonacos, por lo que este modelo se ha vuelto motivo de estudio, como un ejemplo de “mejores prácticas”, reconocimiento que otorga la UNESCO y que es la única distinción de esa naturaleza en toda Latinoamérica.
Hoy hay cero migración de Totonacas a Estados Unidos, la lengua se ha recuperado; se cuenta con centros de enseñanza en totonaca, se ha creado una escuela de Voladores, donde se enseña desde los seis años la filosofía, música, danza y la culminación del vuelo con cuatro voladores —cada uno efectuando 13 círculos completando en su conjunto 52 para representar un ciclo calendárico—; el cine proyectado en las comunidades está realizado por directores y actores de las mismas comunidades en totonaca; la derrama económica promedio es de 200 millones de pesos, entre 2011 y 2015 se generaron 16 mil 355 empleos, el 30 por ciento de los ingresos se destina a becas para que jóvenes indígenas continúen sus estudios universitarios, gracias a esto Papantla es el municipio con mayores patrimonios de la Humanidad reconocidos por la UNESCO: la zona arqueológica de El Tajín, la Ceremonia ritual de Voladores y el Centro de Artes Indígenas, el árbol Tsakat kiwi, de donde se obtiene el palo para la ceremonia de los Voladores, ha sido reforestado y está fuera de peligro de extinción y el factor más valioso es que las decisiones centrales son tomadas por un círculo de los abuelos totonacas reconociendo que el mayor valor de México está depositado en su sabiduría ancestral, contrastando así las decisiones egoístas, superfluas y desarraigadas de la esencia mexicana, como sucede en gran parte de los cabildos, alcaldías, congresos y gobiernos estatales del país, desaprovechando este gran legado.
Esta revolución auténtica es el vivo ejemplo de que en México se cuenta ya con las soluciones a sus problemas y, como afirma Carl Jung, “quien mira hacia afuera sueña, quien mira hacia adentro despierta”, el renacer de México está vivo y listo para florecer. Esta Victoria de cómo Bazbaz y don Juan transformaron la realidad con la innovación de un modelo propio enraizado en su Ser originario, acerca a la Gloria prometida millones de años atrás a las Culturas Sagradas de la tierra mexicana.
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