Opinión

Las muertas de Ecatepec

El Dr. Juan García, un médico de familia en la ciudad de Nueva York, es un ejemplo de cómo los médicos pueden usar las redes sociales para conectarse con sus pacientes y brindarles información sobre salud.
El Dr. Juan García, un médico de familia en la ciudad de Nueva York, es un ejemplo de cómo los médicos pueden usar las redes sociales para conectarse con sus pacientes y brindarles información sobre salud. El Dr. Juan García, un médico de familia en la ciudad de Nueva York, es un ejemplo de cómo los médicos pueden usar las redes sociales para conectarse con sus pacientes y brindarles información sobre salud. (La Crónica de Hoy)

En la década de los años 90, en Ciudad Juárez, Chihuahua, localidad fronteriza colindante con El Paso, Texas, se registraron 374 casos de mujeres asesinadas. Las cifras no oficiales dicen que fueron muchas más, se ha hablado de alrededor de 700 decesos. El caso mediáticamente conocido como Las Muertas de Juárez escandalizó a la sociedad mexicana y mereció la reprobación mundial. Tal horror constituye a la fecha para los científicos sociales todo un misterio por esclarecer.

Algunos lustros más tarde, el Estado de México, por mucho, se ha convertido en la entidad con mayor riesgo para la mujer; de 2005 a 2010 se registraron 535 mujeres asesinadas, sólo 92 casos fueron investigados. Entre 2011 y 2012, el número de muertes violentas documentadas fue de 563 y, al menos, mil 258 niñas y adolescentes fueron reportadas como desaparecidas. Para el periodo 2014-2016, las autoridades mexiquenses registraron 136 casos de feminicidio (38 en 2014, 36 en 2015 y 48 en 2016). 

Existe el precedente que en 2010 diversas organizaciones de la sociedad civil presentaron ante el Sistema Nacional de Prevención Atención Sanción y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres una solicitud de declaratoria de alerta de género en el Estado de México, debido al incremento exponencial de casos de feminicidio.

Dicha solicitud tuvo entrada hasta abril de 2014, cuatro años y medio después. En julio de 2015, el gobierno de Eruviel Ávila declaró oficialmente la alerta de género en 11 municipios: Chalco, Chimalhuacán, Cuautitlán, Ecatepec, Ixtapaluca, Naucalpan, Nezahualcoyotl, Tlalnepantla, Toluca, Tultitlán y Valle de Chalco. En los referidos 11 municipios, se presume, tiene lugar la trata de mujeres, quienes sencillamente desaparecen, o bien sus cuerpos son encontrados sin ser plenamente identificados.

De acuerdo con cifras proporcionadas por el Observatorio Ciudadano en contra de la Violencia de Género, Desaparición y Feminicidio en el Estado de México, en 2016 se registraron 263 feminicidios, de los cuales 39 ocurrieron sólo en el municipio de Ecatepec, aproximadamente tres casos al mes. Hay feminicidios que no se investigan como tal, por lo que no quedan registrados en las cifras oficiales.

El Estado de México reporta elevadas tasas de delitos de alto impacto y, en su más reciente encuesta sobre victimización y percepción sobre la inseguridad en México 2016, el INEGI indica que el 90.6 por ciento de los mexiquenses afirmó sentirse inseguro.

La entidad en mención es sede de crímenes extremadamente violentos contra las mujeres, que en general involucran violación o mutilación y que escasamente son resueltos. Ecatepec se ha tornado el municipio más peligroso para las mujeres. Recientemente el presidente municipal, Indalecio Ríos, fue abucheado y expulsado por vecinos del fraccionamiento Las Américas, en el marco del cruel feminicidio de Mariana Joselín, quien fue hallada asesinada en una carnicería a escasos metros de su casa.

La tasa de asesinatos de mujeres en la entidad mexiquense sobrepasa la media nacional. Lo cual no es nada nuevo, el comportamiento estadístico se sostiene desde hace años. Algo grave sucede ahí y particularmente en Ecatepec. Al parecer, los gritos de dolor de los familiares que atraviesan por estas tragedias no han sido lo suficientemente fuertes como para ser escuchados por el grueso de la sociedad mexicana. A algunos puede parecer un exceso que se hable de Las Muertas de Ecatepec, en analogía a la lamentable experiencia de Ciudad Juárez, empero, las cifras dan cuenta de un fenómeno demasiado grave. En Ecatepec deben operar a la luz del día mafias muy sofisticadas de trata y muy poco se ha hecho para contener su nocivo efecto. En Ecatepec, cotidianamente tienen lugar expresiones de odio hacia las mujeres.

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