Escenario

Las tinieblas: El terror que provoca el miedo al mundo

El segundo largometraje de Daniel Castro Zimbrón ganó el Premio del Público en el Festival Internacional de Cine de Morelia

(La Crónica de Hoy)

“Esta película es mi manera de hacer una especie de critica a la realidad que estamos viviendo en México y en todo el mundo. A mí no me gusta ser tan realista como poner tal cual al personaje del narcotráfico”, expresó el realizador Daniel Castro Zimbrón, en el estreno nacional de su más reciente filme Las tinieblas que compitió en la edición 14 del Festival Internacional de Cine de Morelia al Mejor Largometraje Mexicano y por el que ganó el Premio del Público.

El filme, que actualmente se exhibe en la Ciudad de México como parte del ciclo de Lo Mejor del Festival de Cine de Morelia y también formó parte del Festival Mórbido, es una propuesta fílmica de hacer una crítica social a través de una mezcla de drama y cine de terror, acompañado de mucho suspenso:

“El tema del narcotráfico yo ya lo viví mucho y las películas que me gustan son otras… quiero hablar de la realidad que vivimos. Criticar eso que nos dicen de que el peligro está afuera, que viene del otro, que debemos temer a los otros; y no estamos dispuestos a ver hacia adentro y ver que el afuera es una proyección de nuestro interior”, comentó en la presentación el cineasta.

La película representa para el realizador mexicano el segundo largometraje de una trilogía que comenzó con el filme Táu (2012) y que se complementará con Sombras, que actualmente se encuentra en etapa de preproducción. A propósito el realizador explicó que con este filme buscaba hablar más “de un sentido emocional que un sentido narrativo (…) habla de la luz en nosotros como seres humanos”.

La película cuenta la historia de una familia que habita en una cabaña en medio del bosque que está rodeada de neblina y que parece vivir en tiempos de austeridad. La familia la compone el padre, encarnado magistralmente por Brontis Jodorowsky, quien mantiene encerrados a sus tres hijos en el sótano de la cabaña, porque busca protegerlos de una supuesta bestia salvaje que deambula en el bosque.

“La historia se concentra en la relación de un padre y un hijo y cómo el padre llega a su propia obscuridad… y el hijo termina perdonando a su padre en algo que parecía imperdonable, pero si no estamos dispuestos a perdonar lo que sea nunca vamos a encontrar el amor ni la paz. Tenemos que ser capaces de perdonar lo que sea y también de pedir perdón por lo que sea que hayamos hecho”, comentó el cineasta.

El realizador antes presentó en Morelia Bestiario, “era del 2006, también hay una bestia, aunque habla de la figura materna y me gustó mucho cuando lo terminé. El cine también es un mundo de expectativas en el que quieres ganar premios, pero no gané nada. Pasó un poco desapercibido y yo estaba esperando diciendo ‘voy a ganar’. Fue un proceso en el que me di cuenta que al final de cuentas, eso no es lo importante. Lo que importa es que puedas contar lo que tú quieres. Lo de afuera es otra cosa que no depende de uno. Va a pasar lo que tenga que pasar”, comentó.

Uno de los principales personajes es el lugar y la atmósfera tenebrosa que rodea la historia que hacen que el filme se mantenga en estado de suspenso: “A mí me gusta mucho la pintura desde niño, Caravaggio, Rembrandt y estos pintores renacentistas; y yo quería estas atmósferas. Soy un director que, más que la historia, me imagino muchísimo los lugares, la atmósfera, las imágenes. Y de allí empiezan a surgir personajes. Al final en mis películas hay espacios, un desierto, un bosque. Y estos representan el interior de un personaje en el que todo está dentro de ellos. Parece que están perdidos en estos espacios pero al final están perdidos en sí mismos”, concluyó.

Las principales actuaciones estuvieron a cargo de Brontis Jodorowsky pero también de los actores primerizos Aliosha Sotnikoff Ramos y Camila Robertson.

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