Opinión

Los XV años de Rubí

(La Crónica de Hoy)

Hay temas más importantes en la vida nacional como la corrupción, las violaciones de los derechos humanos, la nula capacidad de nuestros representantes políticos o la falta de representación política, el machismo, el narcotráfico, la trata de personas, la violencia generalizada, la devaluación del peso frente al dólar, la inseguridad, la desigualdad, la pobreza... La lista de problemas que aquejan a México podría llenar páginas enteras de cualquier diario a triple columna.

Y sin embargo, los XV años de Rubí son el eje central de este espacio, de miles de pláticas de sobremesa, notas informativas en radio, televisión, periódicos y sitios web; de memes, mensajes en Facebook y otras redes sociales. Lo viral invade todos los canales de comunicación. Los usa y contamina.

Un señor con bigote y barba cerrada, sombrero y camisa azul, una joven con vestido animal print y corona, y una señora con un chal color melón son los personajes de un video que anuncia la fiesta de XV años en un pequeño pueblo de San Luis Potosí. En el anuncio sólo habla el padre, mientras que la quinceañera sonríe y la mamá mira fijamente a la cámara. El señor, luego de enlistar los pormenores generales, como la hora y el lugar de la misa o las bandas musicales que amenizarán el evento, termina con “quedan todos cordialmente invitados, gracias”.

El video fue elaborado por un medio local de la comunidad de La Joya, que tiene aproximadamente 200 habitantes. Luego fue retomado en un medio estatal y terminó, por una mano aviesa, siendo un evento público en Facebook, que ahora suma más de 1.3 millones de asistentes.

El fenómeno —que inició como una broma: “Todos están invitados. ¡Vamos a la fiesta de XV años de Rubí!”— traspasó fronteras y convirtió en celebridades a la familia Ibarra García. Millones de personas, medios de comunicación y famosos de todas partes del mundo han formado parte del contagio masivo que muestra lo ociosos que somos y el poder de lo viral.

En este mismo espacio, hace meses,  abordé la Memecracia y los virales que nos gobiernan, a partir del libro de Delia Rodríguez, donde la periodista española explica que “internet ha multiplicado la información y los medios de comunicación tradicionales han fallado… las ideas que logran captar la atención ciudadana y guiar su comportamiento no son las mejores, ni las más nobles, ni las más útiles, ni las más veraces; solo son las más contagiosas”.

Los XV años de Rubí son un fenómeno viral porque permitió a millones de personas conversar. La broma colectiva permitió crear lazos. Y a veces la gente sólo quiere eso: participar y divertirse. Sólo debemos estar conscientes de que muchos virales son burdos y superficiales. Se propagan con ayuda de los medios de comunicación tradicionales y por la falta de creatividad y responsabilidad de estos para generar contenidos útiles. Y sobre todo, que muchos de ellos pueden estar mostrando nuestro lado oscuro. Por ejemplo, este que tiene tintes de clasismo o el otro viral de estas semanas, Lady Wuu, que podría representar nuestra homofobia.

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