
Como un auténtico oasis en una ciudad sepultada por la gran contaminación y parada por la contingencia ambiental, así dio inicio la novena edición del festival Marvin en la Ciudad de México el pasado sábado, con el firme propósito de poner a bailar y cantar a todos los asistentes que se dieron cita en ocho escenarios diferentes en las colonias Roma y Condesa.
El reloj marcaba las 13:00 horas del sábado y el sol caía a plomo, el termómetro a 25° como en días anteriores pero a diferencia de ellos, este se sentía más libre y más limpio. Jóvenes, adultos y niños estaban listos para disfrutar el inicio de las actividades y fue el rapero Gastón Espinoza mejor conocido como Lng/Sht junto a su crew Galaxia Cero los responsables de dar el banderazo de salida poniendo a todos con las manos en el aire, cantando y bailando por 45 minutos que desembocó en una gran ovación al cantar su más grande éxito “Llaves, teléfono y cartera”.
Ya entrados en calor y sin oportunidad de tomar aire, en el salón Pata Negra, el campeón mexicano de la batalla de gallos Aczino dio cátedra y dejó bien en claro porque es uno de los mejores del mundo en lo que hace. Siempre dejando muy en alto el nombre de México y de su natal Nezahualcóyotl en cada rima que tiraba.
Uno de los momentos más esperados se acercaba, chavos y chavas corrían las calles de la condesa con botellas de agua, refresco y chela en la mano para desplazarse de un show a otro; así llegamos al Sala Puebla para deleitarnos con el poder y profundidad de Damo Suzuki, quien en compañía de su banda compuesta por guitarra eléctrica, teclados, flautas y un violonchelo llenaban todo el recinto de una mística que junto con el juego de luces te hacían entrar en una calma profunda.
Detrás de una larga y blanca cabellera y una fuerza brutal al agarrar el micrófono y sintiendo como nadie la música, así contagió a un público multicultural, compuesto mexicanos y extranjeros quienes disfrutaban con ojos cerrados y meneándose de un lado a otro, del cantante de casi 70 años que por una hora y cuarto jugó con su voz provocando sonidos alucinantes.
La tarde comenzaba a tomar un tono rojizo y bandas como Niña, Kill Aniston y Belafonte Sensacional se encargaron de poner sabor y frescura en medio de una tarde calurosa. Asi poco a poco el escenario al aire libre colocado en el parque España donde la entrada era gratuita, se fue llenando más y más.
Niños en los brazos de sus papás para ver aunque fuera muy poco, novias en los hombros de sus parejas, y miles de celulares levantados grabando, así recibían a la agrupación originaria de esa misma colonia, The Guadaloops iniciaba su participación media hora después de lo previsto. “Parque España, ¿cómo está la mejor ciudad del mundo?” con esa pregunta al aire, Tino el Pingüino, vocalista de la agrupación daba la bienvenida al público.
Temas como “Luminas”, “Meta Crush”, “Ven” y “Nunca es tarde” sonaron y miles de voces las entonaron en compañía de un cielo azul y arboles verdes que escoltaban a todos los asistentes.
Simultáneamente, Drims, Max Chinasky, Bifannah hacían lo propio en los demás escenarios ante jóvenes que estaban deseosos de música y de un escape de todo.
Llegó el momento de que Lydia Lunch cantante neoyorquina, actriz, poetisa, fotógrafa, guionista de cine, escritora y todo un icono del Spoken Word, que ha estado en la escena musical desde fines de los 70 hasta ahora. Con un ritmo que va desde las influencias del jazz, pasando por el post-punk, noise, cabaret, un poco de soul y hasta electrónica hizo explotar la Sala Puebla, confirmando por qué era uno de los shows más esperados.
Ya de noche y en el clímax del festival, la gente apresurada subía las escaleras del bar Caradura ya que una de las bandas más queridas estaba por empezar su presentación. Desde Guadalajara, Porter hacia su aparición y con ello el coro “Oeeeee oeeee oeeee Porter Porter”, cimbró el lugar. Con una selección de ocho temas entre los que se encontraban: “Murciélago”, “Pájaros”, “Cuxillo” y su más coreado tema “Huitzil”, demostraron ser una de las bandas más importantes en la escena musical de nuestro país en la actualidad.
Acostados en el pasto, sentados en bancas y banquetas, algunos se recuperaban para poder aguantar lo que estaba por venir. URSS bajo el árbol, Carca, Los Nastys entre muchos otros, derrochaban talento sobre el escenario haciendo más inolvidable la velada.
A las 22:00 horas, Wire, banda británica de punk rock formada en 1976, conformada originalmente por Graham Lewis, Bruce Gilbert, Colin Newman y Robert Gotobed. Considerados como la banda más innovadora de la escena punk de fines de la década de los 1970, llegaron para romper el Festival Marvin y poner fin a las actividades en el escenario del Sala Puebla.
Las últimas presentaciones se asomaron y después de una larga jornada de buena música, comida y cine al aire libre donde las mujeres fueron las absolutas protagonistas; Rey Pila, Emmanuel Horvilleur y los Rebel Cats al ritmo de rockabilly pusieron punto final a un riquísimo festival que por noveno año consecutivo presentó una gran propuesta donde distintos géneros de música y de arte convivieron en paz.
Los asistentes se marcharon con una gran sonrisa, algunos sin zapatos, cansados, afónicos pero esperando el próximo año cuando el festival cumpla su primera década de existencia.
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