
Factores de riesgo como hacerse tatuajes, ponerse pearcings, acudir a hacerse la manicura o la pedicura, en sitios en donde no se tiene la certeza de que utilicen material perfectamente estéril, son factores de riesgo para contraer el virus de la hepatitis C, padecimiento completamente asintomático, sino hasta pasados 15 a 20 años, cuando ya hay daño hepático y conduce a terapia sustitutiva a través de diálisis peritoneal o hemodiálisis.
En entrevista con Crónica, la doctora Silvia Palomo, especialista en Nefrología y coordinadora del Programa para la Formación de Investigadores en la División de Desarrollo de Investigación en Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), advierte que otro grave problema es la convivencia con personas infectadas con el virus de la hepatitis C y lo ignoran, “de tal suerte que se convierten en portadores y fuente de contagio”.
Un segmento de la población particularmente vulnerable, advierte, son los pacientes que tienen infección por el virus de hepatitis C, pero además tienen insuficiencia renal crónica y están en tratamiento de diálisis peritoneal o hemodiálisis.
Estos pacientes, tienen una susceptibilidad muy importante de infectarse, porque el tratamiento sustitutivo del daño hepático es sobre todo con hemodiálisis, lo cual implica el manejo de la sangre del paciente y eso los hace más susceptibles a contraer el virus C, con lo cual, las complicaciones a la salud se elevan exponencialmente.
Esto ha ocasionado el doble de prevalencia de infección de hepatitis C en las unidades de diálisis comparado con la población en general. “En estos pacientes puede ser que existan los mismos factores de riesgo respecto a quienes no tienen insuficiencia hepática, es decir: tatuajes, pearcings, ha convivido con pacientes con el virus y no lo saben, o por su propia enfermedad han requerido frecuentes transfusiones de sangre, y en este sentido, el propio manejo de su sangre los coloca en una situación de mayor vulnerabilidad”.
Resalta que el virus de la hepatitis C, es altamente contagioso y, además, puede sobrevivir en ambientes secos, húmedos, incluso con calores extremos, por periodos de entre siete u ocho días y la causa principal de contagio es porque las personas realizan prácticas de riesgo, reitera: “Quienes se transfunden de sangre, quienes se hacen tatuajes, quienes utilizan pearcings, aquellos que comparten agujas para el uso de drogas intravenosas, quienes conviven con personas infectadas que están con ellas, son los mecanismos más importantes de infección”.
“Es muy raro que este virus produzca alguna infección aguda, es más bien un virus el cual entra a nuestra sangre y produce una infección crónica, aunque es totalmente asintomática, la cual se va acelerando a través de los años, y prácticamente pueden pasar de 20 a 25 años antes de que una persona tenga una manifestación clínica secundaria a la infección del virus, es así como muchas personas se contaminan, no lo saben y se convierten en portadores y estas personas van transmitiendo la infección a otras personas”, precisa la especialista.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que 200 millones de personas padecen infección crónica de hepatitis C y cada año mueren unas 400 mil en el mundo.
En Latinoamérica, aproximadamente 10 millones de personas están infectadas. Sin embargo, 95% de ellas no está enterada de su condición.
En México se estima que 500 mil personas padecen la infección y sólo el 20% tiene un diagnóstico certero.
Lo primero es no realizar prácticas de riesgo y procurar evitar todos los factores antes mencionados, así como invitar a los familiares de estos pacientes a hacerse una prueba de escrutinio para descartar que estén infectados y no lo sepan. El paciente que esté en diálisis debe hacerse pruebas de detección al menos cada seis meses como parte de su tratamiento habitual, a fin de poder detectar la infección a tiempo.
Asimismo, la especialista subraya que en la actualidad, el tratamiento curativo para el virus de hepatitis C es altamente efectivo: “arriba del 99 por ciento de los pacientes se cura, con lo que esta infección ya no debería ser un problema de salud pública”.
El inconveniente es que la población acepte hacerse la detección”, de ahí el llamado, sobre todo a aquellos que tienen algún factor de riesgo de contraer el virus, que acudan a hacerse la prueba de detección de manera temprana, y evitar que dentro de 15 a 20 años, lleguen a atención médica con un problema de insuficiencia hepática.
Al respecto, recuerda que los pacientes atendidos hoy en día en consulta, fueron quienes en el pasado tuvieron algún factor de riesgo de los ya mencionados, incluso, quienes fueron transfundidos en la década de los 80, cuando los controles de la sangre no eran tan estrictos como ahora, y era el mecanismo de transmisión más común, “esas personas son quienes deberían estar acudiendo a hacerse la prueba”.
El resultado de la prueba de detección es muy rápido, un piquetito como si le fueran a medir la glucosa, y en menos de 5 minutos ya se tienen el resultado. Si la persona es positiva, inmediatamente es canalizada a gastroenterología para hacer una prueba confirmatoria, con una toma de muestra de sangre y en una semana se tiene el resultado; en caso de tener infección del virus, ingresa a un protocolo de tratamiento y con los nuevos medicamentos, la efectividad es muy cercana al 99 por ciento”, destaca la doctora Silvia Palomo.
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