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Con maquinaria especializada, una brigada permanente de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM) mantienen un trabajo coordinado para conservar libre el lirio acuático de la Presa Madín, logrado hasta el momento extraer más de 2 mil 425 toneladas de dicha planta.
A estas acciones que se realizan desde finales del año pasado en el cuerpo de agua federal, se suman los esfuerzos que realizan las autoridades municipales, así como al trabajo voluntario de grupos ambientalistas de la UNAM, IPN y vecinos que integran la Comisión de Cuenca de Presa Madín, quienes han advertido sobre el peligro de que la Presa Madín se convierta en una gran cloaca receptora de drenajes, principalmente de los municipios mexiquenses de Atizapán de Zaragoza, Tlalnepantla, Naucalpan y Jilotzingo.
María de Los Ángeles Puente García, presidenta de la comisión, junto con un grupo de ambientalistas han considerado que el deterioro ambiental que afecta esta cuenca, es generado por fraccionamientos y asentamientos humanos irregulares que siguen creciendo, en barrancas y sobre ríos.
Durante sus investigaciones dijeron haber detectado 14 descargas de tubos de aguas negras y tres tiraderos de basura que afectan directamente a la presa Madín; 70% de estos drenajes vienen de fraccionamientos de Zona Esmeralda, que en su mayoría bajan sin tratamiento alguno.
La Presa Madín se ubica en el municipio de Atizapán de Zaragoza, en donde la CAEM mantiene en forma permanente una cuadrilla de trabajadores, para no dar espacio a que el lirio se siga expandiendo.
Cada día, los equipos del organismo estatal retiran la plaga acuática con la ayuda de dos cosechadoras, una banda transportadora, una retroexcavadora, dos minicargadores y herramientas de mano.
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