Hace más de un año, dicen los locatarios del Mercado Corpus Christi que llegó la alcaldesa de Álvaro Obregón, Layda Sansores, a prometerles la renovación de la imagen y servicios de su fuente de trabajo. “Necesitan, deben salir de ya del mercado… Se les va a reconstruir, con espacios mejor estructurados”. Salieron los marchantes, tan rápido como si se tratara de un sismo. De un día para otro estaban afuera del inmueble. Se acondicionaron espacios con tarimas y por techo láminas que en la temporada de calor ha puesto en aprietos a los vendedores.

En un recorrido realizado por Crónica, algunos de los locatarios se acercaron a este diario a contar que están inconformes con el diseño de la propuesta, que a unos les robó espacio en la reestructuración, incluso hubo quienes pudieron sacar ventaja. Por ejemplo, “los de la mesa directiva”.

“Le queremos contar, pero, por favor, no debe publicar nuestros nombres. Cuando regresemos a ocupar nuestros locales habrá problemas entre muchos”, advierten dos marchantes.

El gobierno de Layda Sansores se encuentra en los últimos detalles de la reconstrucción de este mercado. Este viernes, los responsables de la remodelación supervisan detalles, como las conexiones eléctricas y los modestos acabados…

“Si se da cuenta, pues vamos a tener locales ¡sin techo! Esta es la modernidad, además de los tubos de plástico del drenaje que todo mundo podrá apreciar dentro de los locales, por ejemplo, el del señor de los abarrotes”, dicen los guías-marchantes.

Advierten que faltan coladeras, y que les prohibieron adaptar los locales a su gusto. “Si el de la cocina quiso poner azulejo, pues eso no está permitido. ¿Por qué? No tenemos respuestas.

De acuerdo con autoridades de la alcaldía, el Mercado Corpus Christi se demolió para sustituirlo “por el más moderno y organizado por la demarcación, con 87 locales, para reordenar las actividades económicas de comercialización, que incluye la aceptación de la “moneda de cambio local denominada ‘obregones’, llamados así a los vales de apoyo para las familias de la demarcación que pueden canjear en el mercado.

En septiembre de 2019, Sansores puso a circular 50 mil “obregones”, los cuales se repartieron a mil pobladores, quienes puede comprar comida y entretenimiento.

En una segunda etapa, habitantes de 18 colonias aledañas al Corpus Christi también fueron beneficiados con los “obregones” para comprar pollo, carne, verduras o, incluso, para pagar un corte de cabello.

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Los locatarios también se quejan de este intercambio comercial. Pero, primero -dicen-, queremos dejar en claro: “Este mercado no es de primer mundo, cuando ya por falta de presupuesto no alcanzamos a tener techo. Algunos locales deberán tener por dentro los tubos de plástico del drenaje. No hay suficientes coladeras, además del agandalle de centímetros, que hacen metros, de los locales de uno que otro compañero que a cambio de esta remodelación ahora tendrá un espacio más pequeño. Los beneficiados serán los de la mesa directiva, que ahí anduvieron con las autoridades encargadas de esta rehabilitación. Sí la queríamos, pero no así. Nada de primer mundo”.

Cuentan que, sumado a esto, pues nada bien la han pasado muchos locatarios, sobre todo los de las carnes frías y pescado, durante esta pandemia.

El viernes de la visita, al puesto de pescados y mariscos ni una mosca se le acerca. El calor se hace infernal en un laberinto de techos de lámina.

“Comprar pescado ahorita es ir a buscar un severo malestar estomacal. Dígame si no”, señan los guías.

En el marco de la reinauguración del Mercado San Juan Curiosidades, Fadlala Akabi, secretario de Desarrollo Económico del Gobierno de la Ciudad de México, mencionó que este año las autoridades capitalinas van a continuar en la reparación de muchos mercados públicos en toda la ciudad, sobre todo en cuanto a su instalación eléctrica.