
En México 4 de cada 10 mujeres que viven mensualmente la eliminación vaginal de sangre enfrentan pobreza menstrual, derivada de una ausente educación social, de acuerdo al Comité Florencia Nightingale.
Nuestro país carece de información objetiva, basada en ciencia, sin tabú, esquemas reales del aparato reproductor femenino, nombres completos y reales, y educación emocional.
Ignorancia, prejuicios, creencias, tradiciones y preceptos religiosos pasados generacionalmente, fomentan que en México y el mundo la mujer sea orillada a vivir incorrectamente su proceso menstrual, en un contexto de ignorancia social arraigada.
El Comité Florencia Nightingale es un grupo de mujeres de Cadena AC, que trabaja por hacer un mundo inclusivo y justo, y fomentan la educación social para lo que llaman una menstruación digna.
Para generar un cambio social de raíz, llevarán a cabo este domingo 29 de agosto vía Zoom la campaña “Bordando Nuestras Reglas” para fabricar toallas menstruales ecológicas que serán entregadas en mano a personas de comunidades que lo necesitan.
Palabras como “Tomate”, “vino Andrés”, “estoy en esos días”, “mi amiga de rojo, “Juana la colorada”, “cantó el gallo”, “periodo”, o la más popular, “la regla”, son apodos que colocan a la menstruación como algo que debe esconderse, un tabú.
El Mundo
México no es el único ignorante y con pobreza vaginal.
En el país de moda, Afganistán, el 70% de las niñas no se bañan ni duchan durante la regla por temor a la infertilidad; en Himalaya obligan a las mujeres menstruantes a estar fuera de casa para preservar su pureza.
Investigaciones muestran que las mujeres egipcias utilizaban papiro y hierbas para elaborar los primeros tampones; las romanas utilizaron algodón y lana.
A lo largo y ancho del mundo se utilizaron todo tipo de pieles animales o musgos con el propósito de absorber la sangre menstrual.
En Malawi está prohibido hablar sobre la menstruación y las mujeres tienen que llevarlo en secreto; en España los productos de higiene menstrual no se consideran de primera necesidad.
En nuestro país, de acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) 42.2% de mujeres que tienen la menstruación son afectadas por la pobreza menstrual.
De acuerdo con las cifras que publicó recientemente, el Coneval estima que en el país hay 64 millones de mujeres en edad reproductiva, que necesitarían entre 500 y 1 mil pesos para comprar productos para vivir dignamente la menstruación; estos datos son validados también por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
El Comité Florencia Nightingale señala que la falta de productos menstruales obliga a las mujeres menstruantes a usar ropas viejas, telas, periódicos y hasta tierra para taparse, y la falta de agua e higiene en los espacios provoca infecciones y pone en riesgo la salud.
La ausencia de educación menstrual alimenta los apodos, mitos y tabúes alrededor de la menstruación que a su vez llevan a una desigualdad de género, alerta el Comité.
Al ser la menstruación un tabú, se genera un miedo y una vergüenza en las mujeres menstruantes para asistir a sus actividades cotidianas por estar menstruando.
Las niñas y adolescentes no asisten a clases cuando menstrúan por miedo, por pena, por falta de acceso a productos que las ayudan a no mancharse, así mismo las mujeres en edad laboral viven la misma situación.
“La Toalla” o Comer
El Comité Florencia Nightingale explica a Crónica que en México, la vida fértil de una mujer promedio es de casi cuatro décadas.
En condiciones regulares, su ciclo menstrual durará 28 días, con cinco días de menstruación; tomando en cuenta la recomendación de usar una toalla o tampón cada cuatro horas durante el ciclo menstrual, al mes una mujer utilizará aproximadamente 30 unidades y al año, 360 toallas o tampones.
Si esta mujer llega a la menopausia a los 50 años y comenzó su ciclo a los 13 años, significa que utilizará 13 mil 320 toallas femeninas o tampones durante su vida fértil, con un costo promedio de $2.00 pesos por unidad.
Esto representa 26 mil 400 pesos, por ello, muchas mujeres se ven en la necesidad de elegir entre alimentar a sus familias o comprar los productos necesarios para tener una menstruación digna.
Para empezar
Socialmente, se ignora que significa la menstruación es la eliminación vaginal de sangre que ocurre cada mes en las mujeres, que comienza en la pubertad y desaparece en la menopausia.
La palabra menstruación proviene del latín menstruus (menstruo) y la Real Academia Española (RAE) la define como "sangre procedente de la matriz que todos los meses evacuan naturalmente las mujeres y las hembras de ciertos animales".
El Comité Florencia Nightingale explica a Crónica que la pobreza menstrual es la falta de capacidad de una mujer para poder gestionar su menstruación de manera digna.
Una menstruación digna implica varias cosas, y la pobreza menstrual afecta directamente a tres derechos fundamentales de todo ciudadano: la salud, la educación y el trabajo.
Las mujeres tienen derecho a vivir Higiene menstrual, que es el acceso a productos menstruales (toallas, tampones, copas, calzones), acceso a agua, a instalaciones limpias donde poder asearse.
La falta de productos menstruales obliga a las mujeres menstruantes a usar ropas viejas, telas, periódicos y hasta tierra para taparse, así mismo la falta de agua e higiene en los espacios provoca infecciones y pone en riesgo la salud.
La falta de educación menstrual alimenta fuertemente los mitos y tabúes alrededor de la menstruación que a su vez nos llevan de nuevo a una desigualdad de género.
Al ser la menstruación un tabú, se genera un miedo y una vergüenza en las personas menstruantes de asistir a sus actividades cotidianas por estar menstruando.
Las niñas y adolescentes no asisten a clases cuando menstrúan por miedo, por pena, por falta de acceso a productos que las ayudan a no mancharse, así mismo las mujeres en edad laboral viven la misma situación.
Origen del Comité Florencia Nightingale
La organización inicia a partir de la premisa que la mujer culturalmente se ha desarrollado vulnerable.
La vulnerabilidad se podría confundir con debilidad, pero de hecho la vulnerabilidad es lo que nos hace humanos, pero cuando esta detona problemas sociales que no dejan vivir en paz, y arrancan la felicidad, es importante intentar reducirla.
El Comité trabaja con agenda y organización para dar a conocer la problemática alrededor de la menstruación, porque ha sido un tema tabú por muchos años y es relevante hablarlo abiertamente en temas públicos.
Así se logrará concientizar sobre las consecuencias de la pobreza en mujeres menstruantes y por supuesto reducir la vulnerabilidad que les afecta y degrada.
El Comité Florencia Nightingale trabaja para generar un cambio positivo, en una labor que involucra también a los hombres.
Al reconocer que la educación menstrual es para mujeres y hombres, inculcan un respeto entre géneros, un respeto al cuerpo de la otra, y una comprensión acerca de los ciclos que caracteriza al género femenino.
Comprendiendo que la menstruación es algo que involucra a todos es alentado el respeto, un mejor entendimiento y comunicación.
“Bordando Nuestras Reglas”
El Comité Florencia Nightingale llevará a cabo la campaña “Bordando Nuestras Reglas” para la fabricación de toallas menstruales ecológicas acompañado de distintas sesiones de sensibilización sobre el tema.
Todas las toallas que se fabriquen serán entregadas mano a mano a personas de comunidades que lo necesitan.
“Bordando Nuestras Reglas” se lleva a cabo este domingo 29 de agosto a las 5:30 pm, CDMX, vía zoom.
Las personas pueden sumarse escribiendo a proyectos.ed@cadena.ngo y siguiendo en Instagram a: florencia_nightingale y a Cadena_ac
También pueden agendarse sesiones de trabajo para Escuelas, empleados, reuniones sociales, y para cualquier grupo de personas interesadas en construir cambios para mejorar socialmente.
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