
El premiado escritor y pacifista israelí Amos Oz murió ayer a causa del cáncer que padecía, a los 79 años. Su partida apaga la voz que denunció y criticó los fanatismos y a los sectores más conservadores de su país, rechazó la ocupación y buscó un futuro de derechos humanos, justicia e igualdad para todos los que viven entre el río Jordán y el mar Mediterráneo.
Sin embargo, su corpus literario es uno de los más excepcionales en la literatura mundial e incluso ha sido llamado “el escritor mayor de Israel”. Cada uno de sus libros contiene esos elementos que los lleva a ser entrañables para sus lectores y, al mismo tiempo, en éstos subyace una exploración de la angustia y tensiones de la sociedad israelí contemporánea, marcadas por las fronteras ideológicas y geográficas.
En una entrevista con el diario ElMundo.es, Amos Oz contestó la pregunta ¿cómo le gustaría que lo recuerden?: “Que me recuerden sólo de lo que escribí todos estos años. Sólo por mis libros”.
Los cierto es que su deseo no será cumplido. Al conocer su fallecimiento el mundo literario, político y social lo evocan no sólo por sus novelas como Mi querido Mijael o Judas —su última entrega— sino por esa pasión para buscar un compromiso de paz de Israel con los palestinos y los países árabes.
Porque Amos Oz es parte de esa triada de autores, con David Grossman y A. B. Yehoshua, que luchan por la pacificación y contra el fanatismo.
DECESO. Su hija, Fania Oz-Salzberg, escribió en su cuenta de Twitter que el autor de Una historia de amor y oscuridad, “falleció tranquilamente mientras dormía, rodeado de sus seres queridos”. “Mi querido padre acaba de fallecer de cáncer después de un rápido deterioro”, agregó.
Amos Oz fue uno de los escritores israelíes más leídos en el mundo, ganó decenas de premios, entre ellos el Príncipe de Asturias de las Letras (2007) y el Premio Israel de Literatura (1988).
Su obra se tradujo a 45 idiomas y durante años estuvo señalado como candidato al Premio Nobel de Literatura, aunque nunca se lo concedieron. A lo largo de los años publicó una veintena de libros, incluidas novelas, colecciones de relatos cortos y ensayos, y cerca de 500 artículos de opinión y ensayos, que vieron la luz tanto en prensa local como internacional.
Las reacciones por su fallecimiento son muchas. El presidente de Israel, Reuvén Rivlin, dijo que “la tristeza se ha apoderado de nosotros” y llamó a Oz “nuestro mayor escritor” y “gigante del espíritu”.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, se refirió al laureado escritor como uno de los grandes autores israelíes y añadió que, aunque sus opiniones políticas diferían en diversos temas, valoraba mucho la contribución de Oz al idioma hebreo y a la literatura, según recogió el diario Haaretz.
Su último libro, Queridos fanáticos, contiene ensayos sobre el aumento del extremismo en Israel y el resto del mundo.
Una figura esencial de la literatura y el activismo israelí, que fue destacada por Isaac Herzog, jefe de la ONG Agencia Judía —que conecta a los judíos del mundo—, que señaló que Oz “será recordado como un gigante”.
Su obra —agregó— ha influido a generaciones de israelíes, judíos y lectores en general y “su rico y original manejo de la lengua, su fortaleza moral y lucha por la justicia y la paz serán su herencia eterna”.
Por su parte, la ministra de Cultura y Deporte, Miri Reguev, a menudo crítica con las posturas políticas de Oz, dijo que “ su obra resuena en el mundo e inspiró nuestros corazones”.
Ayman Odeh, líder de la Lista Árabe Unida, lo valoró como un hombre que buscaba la igualdad. “Me reuní con Amos Oz varias veces e incluso discutimos (¡bastante!), pero era un compañero partidario de la igualdad, de acabar con la ocupación y por la paz”.
Aquella Jerusalén la describió Oz en su libro “Una historia de amor y oscuridad”, llevada después al cine por la actriz y directora israelí-estadunidense Natalie Portman.
Oz creció en una familia a la que solía describir en sus entrevistas como “sionista militante”, cumplió su servicio militar obligatorio en la brigada Najal, y sirvió en dos guerras como reservista, en la de los Seis días, de 1967, y la de Yom Kipur, de 1973.
Después de la primera, pasó a ser un temprano defensor de la solución de los dos Estados, uno israelí y otro palestino.
El joven Oz comenzó a publicar novelas en 1961, a los 22 años, y uno antes se había casado con Nili Zukerman, con la que tuvo tres hijos.
Mi querido Mijael
Tocar el agua, tocar el viento
Un descanso verdadero
La caja negra
Una historia de amor y oscuridad
Conocer a una mujer
Versos de vida y muerte
Entre amigos
Judas
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