Cultura

No existe un idioma español central: Luis Fernando Lara

Hay una necesidad de tener diccionarios integrales en Hispanoamérica para poder hacer uno de español general, añade el lingüista en videoconferencia en el Colnal.

El expresidente Adolfo Martínez Paloma habla sobre su nuevo libro
El expresidente Adolfo Martínez Paloma habla sobre su nuevo libro El expresidente Adolfo Martínez Paloma habla sobre su nuevo libro (La Crónica de Hoy)

La distinción política que se hizo entre la metrópoli y las colonias americanas durante la Colonia se manifiesta en los diccionarios, por lo que durante mucho tiempo se pensó que los únicos que podían construir un diccionario completo e integral del castellano eran los españoles, explicó Luis Fernando Lara en la segunda parte de El español y sus diccionarios, videoconferencia transmitida por El Colegio Nacional.

Sin embargo, señaló que no existe un idioma español central y que no es verdad que el español académico o el diccionario de la Academia Española de la Lengua se considere como tal. “En el mejor de los casos es un diccionario de la tradición culta del español, pero que en el momento de introducir formas españolas que los hispanohablantes no conocemos, pierde esa característica”.

El lingüista y autor de obras como Herencia léxica del español de México detalló que esta creencia deriva de los valores que como sociedad le hemos atribuido a la lengua: entendimiento, identidad de la lengua y, en particular, de la unidad del español. Este último, añadió, surge ante el miedo de que desapareciera el español cuando los países iberoamericanos se independizaron.

“Uno de los primeros que se preocuparon por esta situación fue el venezolano Andrés Bello, quien escribió Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos para establecer una concepción gramatical del español que fuera igualmente válida tanto para los españoles como para los hispanoamericanos y nos permitiera conservar la unidad de la lengua”.

No obstante, este valor de la unidad de la lengua instaurado por Andrés Bello llevó a la creencia de que existe un español general, el de la península, que está rodeado de muchas variedades periféricas. “Por lo que se creyó que a los hispanohablantes sólo nos queda consolarnos con nuestros diccionarios de regionalismos como los mexicanismos, chilenismos, cubismos, entre otros”.

Aunado a esto, se consideraba que las particularidades de las formas de hablar el español en Hispanoamérica eran vicios o barbarismos. “Un ejemplo es el Diccionario de mejicanismos, de Feliz Ramos I Duarte, cuyo subtítulo apunta ‘colección de locuciones y frases viciosas’, es decir que, si los mexicanos no hablamos como en España, lo que hacemos es utilizar elementos viciosos de la lengua, lo cual ha sido muy pernicioso para nuestra propia valoración del español”.

Posteriormente, el historiador Joaquín García Icazbalceta comenzó a escribir un vocabulario de mexicanismos, sin embargo, únicamente llegó a la letra g antes de morir. “Lo interesante de este diccionario fue que se dedicó a tomar datos de toda la literatura mexicana de su época y darnos las citas de autoridades que había ido coleccionando”.

El siguiente gran diccionario fue de Francisco Javier Santamaría que murió en 1963, pero que en 1959 publicó su primera edición del Diccionario de mejicanismos en el que continuó el trabajo de Icazbalceta hasta llegar a la z, añadió. “Este es el mejor diccionario de mexicanismos hasta la fecha, pues ninguno de los que se han escrito después lo han podido superar”.

“El subtítulo de este diccionario dice: ‘Razonado, comprobado con citas de autoridades; comparado con el de americanismos y los vocabularios provinciales de los más distinguidos diccionaristas hispanoamericanos’, es decir que, Santamaría se tomó en serio el trabajo de conocer qué se había escrito en otros países de lengua española para escribir su diccionario”.

Bajo esta tesitura de los diccionarios de regionalismos, comenzaron a suceder uno tras otro. No obstante, existe una necesidad de tener diccionarios integrales en Hispanoamérica para poder hacer uno de español general, el cual, definió, es aquel que toma el vocabulario de una región determinada y varía respecto al diferencial en el que entran los regionalismos.

Los únicos que cuentan con este tipo de diccionarios en Hispanoamérica son México y Argentina, por lo que para hacer un gran diccionario del español falta mucho tiempo. “Lamentablemente no hemos podido convencer, más que a los argentinos, de que hagan diccionarios completos, integrales de su país”, si los tuviesen se podrían comparar para analizar qué tenemos en común, se documente y nos dé un español general.

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