Cultura

No hay registros de los años que vivió Octavio Paz en Casa Alvarado: Ernesto Velázquez

Casa colonial mexicana
Casa colonial mexicana Casa colonial mexicana (La Crónica de Hoy)

El domingo 22 de diciembre de 1996 se incendió el departamento del escritor Octavio Paz (1914-1998), ubicado en la colonia Cuauhtémoc de la Ciudad de México, entonces el presidente Ernesto Zedillo Ponce de León le ofreció al Premio Nobel de Literatura 1900  vivir en Francisco Sosa 383, Coyoacán, actual sede la Fonoteca Nacional –antes llamada Casa Alvarado-, en donde no existe documentación sobre los últimos años de vida de Paz.

“No tengo documentación y lamentablemente no tenemos fotografías de Octavio Paz en nuestra casa, sería muy útil tenerlas”, comentó en entrevista Ernesto Velázquez Briseño, director de la Fonoteca Nacional.

Esa casa que hoy resguarda el patrimonio sonoro del país y que administra la Secretaría de Cultura federal fue el espacio donde también murió el poeta mexicano y en donde Marie José Tramini, esposa de Paz, inició tras el fallecimiento del Nobel, la Fundación Octavio Paz.

“Paz tuvo un incidente en su departamento en la delegación Cuauhtémoc, hubo un incendio y lamentablemente se quemó parte de su biblioteca. Tuvo que dejar el departamento y entonces eso alentó al presidente Ernesto Zedillo, a través de los colaboradores, a ofrecerle un espacio al poeta”, narra Velázquez Briseño.

Le ofrecieron la actual sede de la Fonoteca Nacional, en donde vivió hasta el 19 de abril de 1998. “Aquí falleció y aquí fue el lugar donde su viuda Marie José Tramini recibió las condolencias de sus amigos, de aquí salió para el homenaje nacional en el Palacio de Bellas Artes”.

Sobre la manera en que Octavio Paz adaptó la casona, Velázquez reiteró que al no tener material fotográfico de esa época, los escritores Eduardo Lizalde y Javier Aranda Luna son quienes podrían describir lo que había en las habitaciones de la planta baja que ocupó el autor de El laberinto de la soledad.

“En la Fonoteca Nacional se ha tratado de recordar la presencia de Paz, no sólo con una placa que recuerda su estancia y que está colocada en la fachada de nuestro edificio, sino que cada año tratamos de hacer memoria sonora con los acervos que contamos de Octavio Paz: entrevistas que se hicieron en los años 60, conferencias y lecturas que el autor hizo”

Ernesto Velázquez comenta que un tesoro del acervo, es la lectura del poema “Niña” en la propia voz de Paz, que sucedió en 1941 en la casa del escritor Francisco Tario.

¿Existe algún proyecto para difundir la obra de Paz?, se le pregunta. “Ofrecer a la consulta inmediata de todos los visitantes todos los acervos sonoros que tenemos (de Paz). Destinarle un espacio que, si bien tenemos esos acervos en la audioteca, queremos que sea cercano para el publico general. Esto es un proyecto de la Secretaria de Cultura”, responde.

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