
Habitantes del municipio de Nahuatzen, Michoacán, incendiaron ayer un camión de Coca-Cola y una camioneta de la Comisión Federal de Electricidad, de un parque de unos 80 vehículos que mantienen en su poder desde principios de esta semana.
La quema de las unidades obedeció a que —dijeron líderes de la protesta— las autoridades estatales y federales incumplieron el compromiso de entregar uniformes, armas y patrullas a pobladores que acreditaron el curso de capacitación para formar parte de los cuerpos de seguridad pública.
El martes pasado los habitantes de dicho municipio enclavado en la meseta purépecha desarmaron y retuvieron a los policías estatales y les quitaron las patrullas, para exigir que se instalen en esos puestos a pobladores que acreditaron la capacitación.
Los pobladores también habían retenido a 7 policías, a quienes entregaron después de largas negociaciones con autoridades estatales.
Funcionarios de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, encabezados por el titular, José Antonio Bernal, y el delegado de la Secretaría de Gobernación, se comprometieron a visitar Nahuatzen el miércoles para hacer la entrega de uniformes, armas y patrullas, lo cual no cumplieron. Como resultado los pobladores iniciaron la quema de vehículos.
Comuneros de Urapicho llegaron a Nahuatzen y protagonizaron un conato de violencia que no llegó a mayores, con los habitantes de este lugar.
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