Escenario

Obra teatral explora la vida de Galileo Galilei

Como un delirio o un rizoma sobre el astrónomo, filósofo y matemático italiano Galileo Galilei (1564-1642), así definió el director teatral Fernando Bonilla la obra Galileo o la abolición del cielo, que del 9 al 25 de mayo tendrá temporada en la Plaza Ángel Salas del Centro Cultural del Bosque (CCB), en esta capital.

(La Crónica de Hoy)

Como un delirio o un rizoma sobre el astrónomo, filósofo y matemático italiano Galileo Galilei (1564-1642), así definió el director teatral Fernando Bonilla la obra Galileo o la abolición del cielo, que del 9 al 25 de mayo tendrá temporada en la Plaza Ángel Salas del Centro Cultural del Bosque (CCB), en esta capital.

En rueda de prensa, explicó que la propuesta escénica en torno a este personaje, a quien considera apasionante aunque contradictorio, está basada en La vida de Galileo, de Bertolt Brecht, en una adaptación de Bonilla.

Presentada por la compañía Puño de Tierra, la obra es una producción comisionada por el Festival Internacional Cervantino (FIC), estrenada en octubre del 2015, y presenta un juego escénico que explora las posibles alegorías sobre quien es considerado el padre de la astronomía y la física modernas, así como la ciencia.

“Decidimos abordar a Galileo imaginando su universo particular, dibujando los posibles detalles que poblaron su vida. Buscamos crear imágenes partiendo de sus palabras y sus revolucionarios descubrimientos, pero también de sus contradicciones, sus claroscuros y equivocaciones”, señaló Bonilla.

Recordó que el origen de este montaje en que títeres, máscaras, malabares, acrobacias y música en vivo se conjugan, está en la pasada edición del FIC que tuvo como ejes temáticos a la ciencia y el arte.

Para el hijo del actor Héctor Bonilla, Galileo resulta “un personaje que materializa muchas contradicciones, se trata de un hombre virtuoso, con una mente excepcional, que modificó para siempre la estructura en los paradigmas científicos, acentuándolos en la experimentación y comprobación”.

Es, agregó, hombre cercano al poder, que luchó incansablemente por su comodidad y tranquilidad material, sin embargo, en su quehacer desafió la verdad científico-religiosa que predominaba en la época y desobedeció las órdenes que se le dieron al dialogar en los máximos sistemas del mundo y al final ante el juicio de la Inquisición pidió perdón y renegó lo que enseñó al mundo con sus libros.

Cuenta que a su equipo de trabajo lo motivó para hacer esta obra, el texto de Brecht y por supuesto la figura de Galileo, “por sus contradicciones, porque tenía una fuerza dramática importante y porque nos parece interesante hablar de estos temas, donde la ciencia se ha convertido en validador universal de la verdad”.

Sostuvo que uno de los puntos nodales de la obra, “es si hubiera existido Galileo habría creado una especie de juramento hipocrático pero para la ciencia, la idea de que la ciencia sea utilizada sólo para el beneficio de la vida”.

Según Bonilla, este montaje resulta una suerte de juego de ficción dentro de la ficción, toda vez que el grupo de actores, “fueron dentro de la misma ficción, contratados por un discípulo de Galileo que pretende llevar la obra de su maestro entre los mercados y pueblos; pero al final altas capas de ficción se rompen, pero nos sirven para jugar en el escenario”.

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