
Lo que hubiera podido ser una noche triunfal, se convirtió en una pesadilla para el boxeador argentino Maximiliano Verón, quien además de perder la contienda por el título ligero latino de la FIB ante Gustavo Lemos en ocho rounds por nocaut técnico, de pronto se sintió mal tuvo que ser hospitalizado, operado de emergencia del cerebro, en el nosocomio le robaron la bolsa que había ganado en el combate, arrojó positivo a COVID-19 se contagió de neumonía y entre signos leves de mejoría, se debate entre la vida y la muerte.
El mánager del peleador, Marcelo Cerrezuela como acostumbra después de una pelea dura, lleva a sus púgiles a practicarse una tomografía para descartar cualquier problema, cuando se dirigían de Desvío Arijón, Santa Fé a Rosario, Verón se empezó a sentir mal, le dio mucha sed y a sentir intenso dolor de cabeza.
De inmediato ubicaron el hospital más cercano y apareció el Juan Bautista Alberdi, a donde se dirigieron de emergencia, al arribar al nosocomio cuando bajó, las piernas se le entumecieron y vomitó, lo ingresaron en silla de ruedas y dejaron afuera al entrenador por razones sanitarias por el coronavirus.
Verón de 32 años con 18 combates profesionales y marca de 12 triunfos, cuatro derrotas, un empate y un No Contest, una hora después de su ingreso al Hospital Alberdi, fue derivado ya inconsciente y con respiración asistida al Hospital de Emergencias Dr. Clemente Álvarez (HECA).
Ahí fue sometido a una craneotomía descompresiva para liberar la inflamación cerebral y cuando fue hisopado por protocolo, los médicos advirtieron que también era positivo su control por coronavirus.
La doctora Andrea Becherucci, subdirectora de HECA, explicó:
“Sigue en coma farmacológico, conectado a un respirador y con fiebre. Llegó con un deterioro neurológico importante y tuvo una lesión muy grave: un hematoma subdural hemisférico que requirió una craniectomía descompresiva. Es decir, no fue sólo evacuar el hematoma, sino hacerle una cirugía para permitir que el cerebro no se comprima: se le saca una parte del hueso del cráneo a los fines de permitir que el cerebro se expanda en los días subsiguientes”.
Respecto a la evolución de Verón, la Dra. Becherucci dijo: “Él todavía no se despertó. Lo que vimos fueron respuestas que son como reflejos nada más. Le suspendimos transitoriamente los sedantes que lo mantienen en coma y, como no nos convence su reacción, lo volvimos a dormir”, detalló la especialista
Además de su crítico estado de salud, Cerrezuela narró que el peleador llegó con 270 mil pesos argentinos (2,892 dólares americanos) que había cobrado por el combate.
“Maxi ingresó consciente al hospital Alberdi. Él había guardado el dinero en un bolsillo interno de una chamarra, que tiene cierre. Cuando se descompensó y fuimos al hospital, llegó con mucho dolor, pidiendo ayuda, casi gritando, diciendo que le dolía la cabeza”, contó el entrenador.
El manejador detalló que “Maxi tenía toda la paga de la pelea en el bolsillo izquierdo de un conjunto que le había regalado la directiva del Club Deportivo Morón. Es un conjunto con cierre, así que es imposible que se le haya caído. Estuvo 45 minutos o una hora ahí, y después lo trasladaron al HECA, donde lo operaron. Cuando salió –inconsciente y con respiración asistida–, ya no tenía puesta la chamarra. Le toqué el bolsillo del pantalón y tenía la billetera con los documentos. Cuando levanté la sábana, la chamarra estaba enrollada sobre su pierna, pero sin nada. Faltaba toda la plata”.
Verón, a quien se lo conoce como “El Picante”, vive en Haedo y está en pareja Flavia Antonella, que está junto al boxeador en Santa Fe al pendiente de la evolución de su estado de salud, hospedada con el apoyo de la empresa OR Promotions encargada de llevar a cabo la velada boxística.
El púgil bonarense inició en el boxeo en marzo de 2014, con una victoria sobre Alberto Diego López. Es padre de Lucas, de diez años, y Máximo, de 4, y su última victoria la consiguió el 2 de noviembre de 2019 ante Diego Ramírez, por el cetro welter latino vacante de la FIB.
Ahora su situación es médicamente crítica y delicada, ahora Verón pelea fuera del cuadrilátero por su vida, la familia está preocupada por la salud de Maxi, ofendida e indignada por el robo, durante las horas posteriores a la intervención quirúrgica el hombre ha mostrado signos de evolución moderados.
Verón parece ir ganando la batalla a la neumonía que le afectó, mejora sus funciones renales, le ha bajado la fiebre y los sedantes se han disminuido paulatinamente para esperar la reacción neurológica positiva sostenida del peleador, que podría durar días o hasta semanas, dependiendo de cada organismo, sostiene el equipo médico que lo atiende.
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