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El actual escudo de la Ciudad de México fue designado por Carlos V en 1523, en éste se aprecia un castillo, dos leones y una orla de nopales; pero dicho emblema podría modificarse ya que el pasado mes de agosto fue aprobado, en la Asamblea Legislativa, un punto de acuerdo para sustituir el escudo de armas de la capital por un emblema “que represente los valores republicanos y liberales”. Este tema se discutirá durante la confección de la futura Constitución de la Ciudad de México.
Crónica consultó al arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma sobre la importancia del glifo de la fundación de Tenochtitlan: un águila parada sobre un nopal —escultura que actualmente se encuentra en exhibición en el Museo Nacional de Antropología—, ya que hasta el momento, una de las propuestas ciudadanas es diseñar un escudo que recuerde la fundación de Tenochtitlan. También se consultó a José Alfonso Suarez del Real, diputado proponente de la iniciativa.
“El escudo que actualmente es de la Ciudad de México, es un escudo que designó Carlos V, en efecto hay una torre en un medio lacustre con puentes y leones rampantes y en la orla lleva nopales. En realidad ese escudo prácticamente no se usa, es un dato histórico interesante, es el escudo que dota el trono español a la antigua Tenochtitlan y a la capital de la Nueva España. Pero siento que no tuvo un impacto fuerte, está como un hecho histórico y queda como tal”, señala Matos Moctezuma.
En cuanto a la relevancia de encontrar un nuevo escudo para la ciudad, añade el arqueólogo, sería interesante porque muchos escudos de los estados fueron asignados por la Corona Española. “Entonces sería cuestión de pensar bien, de qué es lo que se va a establecer como escudo, porque en el México actual, en su mayoría, es un pueblo mestizo que venimos de la parte indígena y española, quizá habría que pensar en algo que mostrara ese mestizaje en un elemento representativo para la ciudad”.
¿Por qué se propuso cambiar el escudo de la Ciudad de México? se le pregunta al diputado Suárez del Real. “Es un punto de acuerdo que fue sometido a la comisión especial para la reforma política para que se turne al Constituyente y de lo que se trata es de recuperar el glifo fundacional de México-Tenochtitlan que está en el Códice Mendocino, recuperar aquella recreación que los pobladores originarios hicieron sobre lo que fue la fundación de la gran metrópoli”.
Eso, agrega, le daría a la ciudad una imagen de la antigüedad que tiene: 700 años. Además, comenta el diputado, esta proposición funge como una contrapropuesta al registro de marca que hizo el gobierno capitalino de las letras CDMX, ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.
“Creo que tener un nuevo escudo para la Ciudad de México, es importante porque es un signo de identidad, es uno de los símbolos más importantes para los estados y para todas las naciones. En el caso de la ciudad, tenemos un escudo que se emitió por una cedula real”, opina Ardán Carlo Montiel.
¿Por qué la representación del águila es un elemento de identidad?, se le pregunta a Matos Moctezuma. “El águila la vemos representada de diferentes maneras en documentos prehispánicos como coloniales, por ejemplo, una de las pocas piezas arqueológicas en que se ve el águila parada sobre el nopal, es la que llamamos el Teocalli de la Guerra Sagrada que se encuentra en el Museo Nacional de Antropología. En dicha escultura de piedra, el águila porta en su pico el símbolo de la guerra: el atlachinolli”.
Lo que destaca el miembro de El Colegio Nacional, es que las fuentes históricas señalan que los mexicas fundarían su ciudad cuando vieran un águila parada sobre un nopal. “Eso que se narra nunca ocurrió. Son elementos simbólicos que se utilizan para la instauración de una nueva ciudad. No ocurrió en la realidad, pero sí simbólicamente. Pero más allá de que no haya ocurrido real o simbólicamente, la importancia es igual, es decir, para el pueblo mexica era un hecho que había sido la señal para fundar la ciudad de Tenochtitlan”.
Pasada la Conquista, narra el arqueólogo emérito del INAH, surgieron documentos coloniales entre ellos el Códice Mendocino que en su primera lámina aparece el águila sin nada en el pico y parada sobre el nopal como símbolo de Tenochtitlan. “Luego tenemos otras imágenes, por ejemplo, en el Códice Fray Diego Durán, del siglo XVI, donde vemos dos láminas, en una aparece el águila devorando pájaros y en la otra, devorando una serpiente”.
En palabras de Matos Moctezuma, el águila sobre el nopal es el único símbolo prehispánico que perduró durante la Colonia y sigue presente. “Es decir, este símbolo que representaba a Tenochtitlan empezó a desacralizarse de su contenido prehispánico, porque el águila sobre el nopal era Huitzilopochtli, el Sol. Su trascendencia fue porque el águila también tenía simbolismos en culturas del viejo mundo, en España y en la religión católica”.
Al momento de la Independencia, cuando triunfó el Ejército Insurgente, Agustín de Iturbide instauró la bandera nacional con el águila devorando una serpiente. “Se ve en la necesidad de establecer un símbolo que represente la recuperación del pasado prehispánico que había sido negado y destruido por España. Entonces Iturbide, en el color del centro, que es el blanco y que representaba la pureza de la religión católica, dejó plasmado el símbolo de Tenochtitlan”.
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