Cultura

"Raras…", el encuentro con el proceso creativo de 25 mujeres

El libro narra cómo la obra es indisoluble de la vida personal de Elena Garro, Lucia Berlin, Clarice Lispector, Anaïs Nin o Amy Winehouse, dice Brenda Ríos

Brenda Ríos: "Las raras son las que se atreven a ser ellas mismas"
Brenda Ríos: "Las raras son las que se atreven a ser ellas mismas" Brenda Ríos: "Las raras son las que se atreven a ser ellas mismas" (La Crónica de Hoy)

Brenda Ríos (Acapulco, Guerrero) es una joven escritora que ha transitado el camino de la literatura por las brechas de la poesía, la crónica y el ensayo. Ganadora de premios como el Nacional de Poesía Ignacio Manuel Altamirano, Brenda considera que el ensayo ha sido un género que le ha permitido plantearse preguntas, y posibles respuestas, sobre sí misma y el mundo que la rodea. De esta forma nació su libro Raras. Ensayos sobre el amor, lo femenino, la voluntad creadora, editado por Turner, en donde abordar el proceso creativo de 25 creadoras que van desde Elena Garro, Dolores Castro, Lucia Berlin, Clarice Lispector o Anaïs Nin a Becky G o Fátima Vélez, un viaje del siglo XX al XXI. Sobre estas artistas y sobre la escritura del ensayo charlamos con la autora de este libro.

¿Cómo lograste que Raras tuviera el tono de divulgación sin llegar a ese lugar académico en el que a veces está incrustado el ensayo?

Al final no quise hacer una estampa biográfica, ni monografías ni mucho menos “biografías Avon”, es decir, no quería hacer una biografía sólo de mujeres que se superan y vencen adversidades sino lo que hice fue pensarlas como creadoras donde su obra es indisoluble de la vida propia. Y es que la mayoría de los hombres escritores pueden separar su vida personal de su creación, pero muchas de nosotras no podemos hacer eso, y por supuesto que eso no ocurre con todas, por ejemplo, pienso en Patricia Highsmith que sí lo hace muy bien, pero las 25 autoras que están en el libro no pueden y ese es el hilo conductor de mi libro. Pienso en Jean Rhys, la escritora caribeña que muere en Londres, ella escribió su autobiografía (Sonríe por favor, una autobiografía inconclusa), y cuando la lees te das cuenta que estás leyendo todas sus novelas separadas en fragmentos de su vida. Si tú ves documentales sobre mujeres creadoras te vas a dar cuenta que no podemos separar la vida de la obra, la obra de la familia, los hijos, la falta de hijos, la viudez, y ellas en ese proceso son poco conscientes de lo extraordinarias que son, y de ese hecho viene la rareza. Por ejemplo, Jean Rhys sí sabía que estaba haciendo “la obra”, pero era consciente que ese logro no le iba a tocar verlo, y esas son las preguntas que me hago y las uso a ellas para pensar los procesos creativos, al final el libro se trata de eso.

¿Tu libro es raro porque se da cuenta de la trayectoria creativa de las autoras y no sólo de la biografía de ellas?

Estoy leyendo novedades ahora, entre éstas lo que llamo el nuevo boom femenino. Y pienso en Raras en donde traté de hacer un libro en el que me planteo preguntas y respuestas, y quizá eso tenga validez o no, o digo cosas importantes o no; pienso que lo que se hace hoy es el ensayo corto fragmentario y autobiográfico como el que hizo en su momento Valeria Luiselli, por un lado, y por el otro sigue existiendo el ensayo a lo José Luis Martínez y Alfonso Reyes, y lo que yo me propuse hacer con el ensayo era algo que provocara al lector, y si ya te movió algo y te provocó dolor estomacal entonces ya cumplió su objetivo. Hay un libro que se llama Lectura fácil, de Cristina Morales, es una chica muy talentosa que te está gritando todo el tiempo que está contra el activismo, contra el capitalismo, contra el feminismo, contra el fascismo, contra todos los ismos, y esta verborrea de razón hace que me harte, y luego la retomo y me vuelvo a hartar, pero de ese libro me gustó este tête à tête con el lector, que alguien venga y te esté gritoneando y tú a ella aunque no te escuche porque tú eres el lector. Cristina Morales en ese sentido es una muy buena ensayista.

¿Cuál es el punto común de estas raras y sus procesos creativos?

Todas pagaron muy caro el amor, el sacrificio que hicieron estas mujeres para tener al esposo, a los hijos, e incluso a las y los amantes, en este amor institucionalizado y heteropatriarcal, lo pagaron muy caro. Se aventaron a un volcán que era el amor; pagaron con su vida, con su cuerpo por el amor que ellas creían que debían merecer, por eso hay un ensayo muy dramático que escribí sobre Amy Winehouse, cuya vida es un cuento de hadas, tenía todo, era famosa, popular, tenía dinero, pero tenía un padre y un novio controladores. Amy es un ejemplo de este sacrificio por el amor, pues no fue dueña de nada, y mucho menos de sí misma. Ahí está Inés Arredondo, que acabó viviendo en Culiacán con tres hijos, malviviendo para poder pagar las cuentas, y ahí es donde piensas que a estas mujeres el amor les cobró caro en la vida y con su obra. Además, otro hilo conductor de estas mujeres que están en Raras, mujeres en su mayoría del siglo XX, es que hay una provocación, una búsqueda a la idea del placer y del cuerpo sexuado. Hay una negación del cuerpo sexuado, pero a la vez hay un interés por afirmar ese cuerpo que al final no se logra, no se logra la apertura, no se logra la entrega, no se logra la posibilidad. Ahí está la novela de Rhys, Ancho mar de los sargazos, donde la protagonista está obsesionada sexualmente porque el tipo no la toca, y ella va con la nana para que le haga un trabajo de vudú y provocar que el tipo vuelva a sentir deseo por ella. Por ejemplo, Inés Arredondo estaba obsesionada con la mirada del otro y para ella el cuerpo de la mujer solo existe cuando es mirado y no por sí misma, ella espera ser mirada y es ahí cuando el cuerpo femenino significa y es.

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