
La imagen conocida como El Cristo del Veneno, que se venera en el Altar del Perdón de la Catedral Metropolitana, fue restaurada por especialistas desde el pasado 26 de junio y luego colocada en su sitio el pasado 18 de septiembre.
Este crucifijo, sin duda, es la imagen más venerada en la Catedral, aunque hay otras que también gozan de fama y aprecio, como el Niño Cautivo y el Cristo de la Salud, que se encuentran en distintas capillas entre numerosos tesoros artísticos.
Elaborada posiblemente por indígenas de Michoacán, el Cristo del Veneno data del siglo XVI o de inicios del siglo XVII, y fue realizada con pasta de caña de maíz, técnica muy usual en la época, y que arrojó piezas de incalculable valor, según informó el responsable del proyecto de restauración, Agustín Espinosa Chávez, exdirector de restauración de INAH.
La imagen no se encontraba en buen estado debido al paso de los años y por estar expuesta al humo de las veladoras y al contacto de los fieles y, hace medio siglo aproximadamente, durante la anterior restauración —con menos avances tecnológicos—, se empleó una técnica equivocada por lo que fue necesario corregir los errores cometidos como son los parches, los repintes, y las plastas que estaban sobre el Cristo.
El Cristo del Veneno posee una rica historia, y también una leyenda que se refiere a un hombre piadoso, llamado don Fermín Adueza que acostumbraba todos los días besar sus pies, y por esta razón, un enemigo suyo, Ismael Treviño, quiso matarlo untando un poderoso veneno en los pies de la imagen.
Cuando este personaje se acercó a besarle los pies, como él acostumbraba, el Cristo milagrosamente recogió los pies y tomó el color negro que ahora lo caracteriza. Esta leyenda fue retomada y difundida por el prestigiado historiador don Artemio del Valle Arizpe en su libro Tradiciones y Leyendas de las calles de México.
Desde hace muchos años, los devotos del Cristo del Veneno acuden al templo en determinadas fechas y su fiesta, cada 19 de octubre, aglutina multitudes de fieles. Inicialmente esta imagen se encontraba en la capilla del templo de Porta Coeli, en el Centro Histórico, pero en 1935 fue llevada a la Catedral de México, donde se cuentan incontables milagros y favores que Dios ha realizado a quienes imploran ante esta representación artística de Jesús.
La restauración de este Cristo Negro fue auspiciada con el apoyo de Fomento Cultural Banamex, y la aprobación de la Secretaría de Cultura y la Dirección General de Sitios y Monumentos.
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