
Una de las cosas que le dolía a Octavio Paz previo a su muerte el 19 de abril de 1998, era lo que iba a pasar en México puesto que el país iba a transitar a la democracia y temía que por la vía democrática se llegara a liderazgos autoritarios o populistas, señaló el historiador Enrique Krauze en la mesa Octavio Paz: 30 años del Premio Nobel de Literatura, transmitido por El Colegio Nacional.
“¿Ahora qué tenemos que decirle a Octavio?, ¿Qué cuentas le damos? Habría que decirle: Caray, Octavio, tenía usted razón, teníamos que haber pensado mucho mejor que la democracia, siendo un fin en sí mismo, es un instrumento que requería una pedagogía, que requiere mucho cuidado y que los gobernantes tienen que emplear con una sensibilidad muy particular y, en México, con una sensibilidad popular de justicia social sin caer en el populismo”.
Por otro lado, el autor de obras como Redentores. Ideas y poder en América Latina y miembro del Colegio Nacional, añadió que la preocupación de Paz en el sigo XXI mexicano también pesaba en torno a la importancia de la libertad. “Recuerdo siempre esta frase de Octavio Paz: La libertad sin democracia es una quimera, pero la democracia sin libertad es tiranía. Eso es lo que hoy nos está diciendo Octavio Paz”.
El historiador y ensayista, también miembro de El Colegio Nacional, Christopher Domínguez Michael destacó que América Latina es el exportador del populismo, lo cual es un tristísimo triunfo de AL. “Da risa, pero quién iba a pensar que los Hugo Chávez, los Kirchner y tantos otros personajes han colonizado intelectualmente la política internacional y hoy gobiernan en Washington, Londres, Budapest y Varsovia con un modelo, que a diferencia de lo que pasó con el fascismo de la mitad del siglo pasado, ahora tiene un origen latinoamericano”.
“El virus populista latinoamericano invadió al mundo, pero espero que no estén muy en desacuerdo en pensar que los iberoamericanos y quienes hablamos español tenemos un lugar y quienes escribimos, pensamos y creamos, como los artistas, por ejemplo, del ámbito de nuestra lengua, tenemos un lugar en el siglo XXI. Ahora, podemos ganárnoslo mucho más si luchamos por defender la libertad y la democracia y vencer finalmente a ese virus que, a diferencia de la pandemia que vino de china, vino de Latinoamérica”, respondió Krauze.
Sergio Vela, director de Arte & Cultura Grupo Salinas, destacó que en el discurso que dio Octavio Paz en 1990, al recibir el Premio Nobel de Literatura en Estocolmo, La búsqueda del presente, aludió a o político como una condición general del ser humano, sin entrar en la política como una situación concreta.
“Octavio Paz estaba advirtiendo con profundo desasosiego y gran inquietud el riesgo de que una vez caído el bloque socialista, derrumbado el Muro de Berlín, hubiera un renacimiento de intolerancias, fanatismos religiosos y nacionalismos. Alertaba frente a posibles tiranías, algo que pareciera que tristemente se ha cumplido”.
A 30 años de haber recibido el Premio Nobel, añadió Krauze, Octavio Paz está vivo y es necesario que sus obras se vuelvan a leer, más las últimas que escribió. “Releamos a Octavio Paz. Ese es el futuro y el presente, mucho está en su obra, no solamente en sus clásicos y en sus poemas, sino en sus últimas obras, ahí está nuestro clásico, nuestro gran clásico. Estoy convencido de que mucha de la perplejidad que sentimos en el siglo XXI, puede convertirse en un futuro en claro, si lo releemos”.
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