
El proyecto del Tren Maya no es solo el desarrollo de infraestructura de una vía férrea y carretera que ofrezcan bienestar comunitario en la Península, ya que también existe una preocupación trascendental en la región y que es la conservación de la flora y fauna nativas, siendo esta última la que más ocupa a dependencias como el Fonatur, la Semarnat, la CONANP , a instituciones públicas y a grupos de especialistas que cada día se esfuerzan por mantener sin alteraciones los hábitat de las distintas especies animales de la región, así como su rescate y posterior reconexión con su ecosistema.
Gabriel Arellano Aguilar, subdirector de vinculación social del Tren Maya, del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), explicó a Crónica que desde que comenzó la construcción del Tren Maya se puso en marcha también el rescate de especies de fauna privilegiada en los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, que involucran el desarrollo de la obra.
“Hemos encontrado especies varias (jaguares, ocelotes, tapires, monos aulladores, monos arañas, cocodrilos, manatíes, loros y guacamayos), pero no en las áreas donde se realizan las obras del tren, sino en el interior de las áreas naturales protegidas. Es muy importante destacar este punto (para que no se mal entienda que el rescate de las distintas especies ocurre por los trabajos del tren), los animales son muy inteligentes y el trazo de la obra se da en una zona prácticamente ya impactada, toda vez que los animales llevan mucho tiempo coexistiendo con los lugareños de las comunidades y con la vía férrea”, subrayó.
Asimismo, el funcionario federal al recordar el episodio del rescate de las hembras Jaguar siendo cachorras luego de haber perdido a su madre y tras cuatro años de cuidados regresadas a su hábitat, subrayó que “el tema de las dos jaguares fue muy emblemático, y es una muestra de lo mucho que hay detrás de todo esto, (que no solo es el desarrollo de la obra sino también la preservación del ecosistema y de todas las especies que la habitan)”.
Las dos hembras fueron criadas en la reserva de la organización Jaguares en la Selva en el Centro de Conservación Genética del Jaguar Mexicano, ubicado en la comunidad de Yagul, Oaxaca y fue durante 16 semanas en el que las dos felinas, de 4 años, fueron guiadas para readaptarse a la vida silvestre.
El Fonatur subrayó que con el rescate de estas dos hembras Jaguar se puso en marcha la operación del Programa GATO (Grupo de Atención Técnica Operativa), proyecto biocultural y científico para el rescate y reinserción de jaguares a la vida silvestre en las selvas mexicanas y que consiste en llevar a cabo un monitoreo periódico de la fauna liberada para conocer su proceso de readaptación a su hábitat.
Asimismo, este proyecto contempla la instalación de siete unidades GATO a lo largo de la obra, es decir, uno en cada tramo de construcción del Tren Maya, que atendidos por especialistas tendrá dos tipos de instalaciones; una con cinco unidades de atención veterinaria y tránsito expedito de especies (estancia no mayor a cinco días); y otra con dos unidades de infraestructura especializada en atención, rehabilitación y liberación de mamíferos grandes, como jaguar y tapir.
De acuerdo con el Fonatur, previo al arranque del proyecto de construcción del Tren Maya, se realizaron estudios y diagnósticos de los ecosistemas locales para determinar las mejores medidas de mitigación para la protección de la flora y fauna regional. Entre estas medidas está contemplada la construcción de pasos de fauna para evitar la fragmentación del ecosistema y apoyar en la reintegración de las distintas especies a sus hábitats. La propuesta considera realizar pasos subterráneos o elevados acondicionados con vegetación y otros elementos que garanticen su uso, dependiendo la zona y la fauna a preservar. Además de mantener un monitoreo constante de las mismas.
El subdirector de vinculación social del Tren Maya detalló que “lo que se está visualizando primero, en lo que respecta al caso de los grandes mamíferos es mantener los pasos de fauna que en estos momentos están desconectados y que no permiten el flujo migratorio de especies y que es vital para su preservación”.
Sobre este punto, detalló que para desarrollar los pasos de fauna, en el caso de los Jaguares, “contamos con jaguarólogos especialistas que trabajan con el (proyecto) Tren Maya para desarrollar mecanismos que no pongan en riesgo a esta especie (nativa de la Península de Yucatán) y a su vez apoyar también en el desarrollo de otros paso de fauna”.
De acuerdo con el esquema de la obra, que considera la conservación del medio ambiente natural y los distintos pasos de fauna, establece también que éstos se determinarán en cantidad y ubicación, con base en las investigaciones de campo que llevan a cabo especialistas y que, de según con lo proyectado, en los primeros tres tramos de construcción del tren se tienen contemplados al menos 40 pasos de fauna.
La construcción del tren Maya, en el que se estima habrá al menos 15 estaciones, sin contar paraderos, cruzará por la Reserva de la Biósfera Calakmul, una Área Natural Protegida (ANP) donde habitan 350 tipos de aves y casi 100 mamíferos, para los cuales ya se realizan estudios para la ubicación de pasos de fauna a lo largo de la ruta de la obra.
Gabriel Arellano aclaró que por el momento no hay una cifra estimada del rescate de las distintas especies de fauna encontrada en el tiempo que lleva la obra, menos de un año, pero aseguró que así como la obra misma es vital para el desarrollo comunitario, también lo son la preservación de las especies nativas de la región.
“Decirte un número de rescate de animales sería aventurado, más bien es un trabajo del día a día que se desarrolla en coordinación y que está muy enfocado en las actividades que realiza el personal de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas en diversos puntos de la Península, y afortunadamente tenemos instituciones sólidas que tienen una pasión por lo que hacen y garantizan que lo que se haga en la perspectiva ambiental se haga bien.”
El funcionario resaltó que “las personas que viven en las inmediaciones de lo que era el tren del Istmo, de Palenque hasta Valladolid, es gente que veía pasar a diario y a cierta hora un tren de carga que corre a 30 o 35 kilómetros, entonces tenían ya toda su vida coexistiendo con el tren, y lo mismo ocurre con las especies de fauna local. Los animales son muy inteligentes y saben en dónde ubicarse para no estar en una zona de riesgo, y lo que se está haciendo ahorita es una readecuación de una vía férrea y una carretera ya existentes, sin alterar el hábitat de los animales. No es nada nuevo, no es entrar en una zona prístina. Afortunadamente gran parte del proyecto va dentro del derecho de vía que ya se tiene y con el que se cuenta desde hace mucho tiempo y no afecta a las especies nativas”.
El subdirector de vinculación social del Tren Maya destacó también “la oportunidad de trabajar y caminar junto con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), ya que nos permite realizar acciones como el rescate y liberación de diferentes especies animales, (tal y como ocurrió recientemente con las dos hembras Jaguar), y que son encontrados en el día a día en las cercanías de las carreteras o de las comunidades próximas a la construcción del Tren Maya, y es por ello que tenemos que trabajar muy fuerte en la reconexión de las áreas naturales protegidas, en su ampliación y en hacer que las personas que viven en estas regiones tengan una visión de desarrollo sostenible y adecuado para el lugar en el que se encuentran”.
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